lunes, 29 de abril de 2013

Juan Gelman

Fragmentos de la entrevista de Juan Gelman publicada en El País el 30 de abril.

"El lugar que la ideología ocupa en la subjetividad de un escritor me parece pequeño, según los casos, claro. Y la relación entre la escritura y el pensamiento político tienen canales muy oscuros. Ezra Pound hizo propaganda para Mussolini pero también compuso un poema sobre la usura que ningún marxista-leninista-maoísta-fidelista hará jamás. Balzac era monárquico, pero los personajes más simpáticos de sus novelas eran republicanos. ¿Alguien conoce la ideología de Shakespeare? ¿Se sabe si era comunista o fascista?"

"A mí la obra de Borges me parece extraordinaria, aunque no me gusta tanto su poesía como su prosa. De chico yo le defendía de mis compañeros comunistas que lo acusaban de “amigo de los terratenientes” y cosas así. La política no le interesaba, no estaba en eso. Se dejó condecorar por Pinochet, dijo que con Franco todo era mejor… Pero hay una cosa que apenas se sabe. A principios de los 80 firmó una solicitud de las Madres de Plaza de Mayo pidiendo la aparición con vida de los desaparecidos. Y cuando al final de su vida le preguntaron en la BBC por su apoyo a la dictadura, se le empozaron sus ojos ciegos y explicó que no había estado muy informado y que había vivido rodeado de cierto ambiente. “Ignorancia, como decía Samuel Johnson”, dijo. No hay nada que digerir de las ideas de Borges. Solo hay que comprender."

"Este momento me atemoriza mucho. No solo por la crisis económica, sino la crisis espiritual, y no me refiero a la religión. Pareciera que se ha instalado todo un sistema para recortarnos el espíritu, para convertirnos en tierra fértil de autoritarismos. Y hay una especie de acostumbramiento, que es lo peor que le puede pasar al ser humano: al terrorismo, al genocidio por hambre, a la falta de educación para todo el mundo."

"No creo que llegue a los cien años. Y eso que soy un pretencioso, cuando alguien me da la mano para bajarme de la camioneta le digo que no estoy tan viejo. No desdeño la vida, quiero ver casarse a mis nietos, ver si me dan algún bisnieto… Pero también creo que Dios, si existe, debe estar aburridísimo de su eternidad."

Haga click aquí para leer la entrevista completa.

sábado, 27 de abril de 2013

De Olvido

Tania Parada

Silvia Estela Ayala

Manuel  Baires
Manuel Franco

Felix Antonio Ulloa

Felipe Peña
 Roque Dalton
Rafael Arce Zablah


A finales de los años setenta , cayó en mis manos el LP de Serrat "Para Piel de Manzana", el cual incluía un texto escrito originalmente por el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal,  adaptado y musicalizado por Serrat.


Aquí pasaba a pie por estas calles,
sin empleo ni puesto y sin un peso.
Sólo poetas, putas y picados
conocieron sus versos.

Nunca estuvo en el extranjero.
Estuvo preso.
Ahora está muerto.
No tiene ningún monumento...

Pero
recordadle cuando tengáis puentes de concreto,
grandes turbinas, tractores, plateados graneros,
buenos gobiernos.


El texto me vino a la mente la semana pasada, mientras visitaba el  parquecito construido por la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador, en homenaje  a algunos de los universitarios que fueron devorados por la guerra.

Entre los nombres que aparecen en la placa conmemorativa se encuentra nuestro poeta nacional Roque Daltón , también está el nombre  del rector Felix Antonio  Ulloa, Manuel Franco y otros. Personalmente tuve oportunidad de conocer a Tania Parada mientras fue mi alumna en la Escuela de Ingeniería Eléctrica, y a Manuel Baires, a quién conocí en las reuniones de Junta Directiva de la facultad de Ingeniería, de la cual Baires era Secretario hasta el día de su asesinato. También  puedo mencionar que conocí de vista a Silvia Estela Ayala, en los días posteriores al terremoto de 1986

A pesar de que seguramente la placa conmemorativa fue colocada con la mejor de las intenciones, después de visitar el lugar es difícil dejar de  pensar que los nombres de los universitarios muertos en la guerra han caído en el olvido.


Sábado por la noche en el mercado de San Isidro


   De izquierda a derecha Dago, Mercy, Willfredo (Bill), Oscar, Claudia, Clari, Mauricio, Ena, Marisela, Saúl, Raúl, Lito  (Pilo) y Carlos Alonso. 

Hace más de 40 años, se organizaban bailes los sábados de pago en el mercado de San Isidro, y para los que transcurrimos nuestra adolescencia en esa época, en ese lugar, el recuerdo de aquellos bailes es extremadamente entrañable. Las más de las veces, ni siquiera asistíamos al baile, a veces porque no teníamos dinero para pagar la entrada, y otras veces (casi siempre) porque no nos atrevíamos a entrar y sacar a bailar a la susodicha. Pero si no entrábamos al baile, nos quedábamos en la calle frente al mercado platicando y escuchando las canciones que programaba Toño Ortíz,  el disc jokey de aquellas fiestas.



Estábamos condenados a soportar los gustos de Toño. Estoy casi seguro de que la frecuencia con la que nos obligaba a oír  y a bailar  la canción "Una Lagrima" de Estela Núñez no era así nomás. La ponía varias veces cada sábado de pago y  lo más probable es que tenía varios discos de repuesto. Hay que recordar que los discos de acetato de 45 RPM eran  muy frágiles. Por alguna razón desconocida, él también programaba la canción "Candida" de Tony Orlando y Dawn, famosa en todo el mundo en aquel tiempo, y por supuesto  famosa también en San Isidro, algo que para algunos  bolitos jóvenes de ciudad  -del siglo XXI- todavía  es difícil de creer.

Pero las canciones que sí nos ponían los pelos de punta a los que entonces apenas pasábamos de los quince, era la seguidilla de canciones de Los Mitos, un conjunto que todavía es recordado por aquella generación que ahora ronda casi los sesenta años y que en algunos casos han torturado de por vida a sus hijos con aquellas canciones. Por varias y poderosas razones siempre he relacionado "Luces", una de esas canciones, con Oscar Cabrera, uno de mis amigos más entrañables de aquel tiempo. Ya ha transcurrido bastante tiempo, y esa canción continúa evocando a Oscar, a Marisela, y a otros seres queridos.

Por otra parte, hay canciones más alegres que nos recuerdan a Coto y Bariqueque (espero haberlo escrito correctamente), los bailarines por excelencia de aquella época. Al oír canciones como "La Charamusca", lo primero que se me viene a la mente es la imagen de Bariqueque ejecutando la "Caída de la hoja", con la certeza de que de haberlo intentado alguna vez, habría terminado con calambres. Además, no hay que olvidar que "La Charamusca" fue tan popular, que incluso se bautizó con este nombre uno de esos helados que se vendían envueltos en plástico en las tiendas. Luego están las canciones que hacían llorar a los enamorados que se encontraban en una situación similar a lo que García Márquez define como amores contrariados. He incluido en la lista un par de títulos con Dyango y Palito Ortega, los cuales estoy seguro que sonaban en aquellos bailes.


Casi por último "La Bala", una canción que personalmente nunca incluiría en una lista de mis querencias, pero debo reconocer, a pesar mío,  que para la identidad salvadoreña -en construcción- esta canción  es importante. Hay que decir que los Hermanos Flores antes de llegar a ser famosos, si es que cabe la expresión, más de una vez amenizaron el baile de las fiestas patronales en la bodega del ingenio a  finales de los años 60. Mi amigo Jorge Cerna recordaría por mucho tiempo la interpretación de  "Amor Hippie", a cargo de los Hermanos Flores en aquella fiesta.


Epílogo
Ya casi había cerrado este texto cuando al revisar detenidamente la fotografía de portada descubrí a Carlos Alonso, y me recordé que él se enamoró -varias veces- de Gloria escuchando a los Ángeles Negros ("Murió la flor", "Y Volveré", etc.). También en la fotografía aparece Raúl, y recordé que una vez durante las fiestas patronales  le dedicó a Lindaura "Te he prometido"   en los parlantes de las "ruedas" frente al mercado... El resto es historia.

Una última canción de Leo Dan que también hizo historia en San Isidro es "Por un Caminito". El título de esta canción le quedó de apodo a una chica cuyo nombre prefiero no mencionar, después de que alguien no muy discreto, la vio en posición "poco decorosa" en una de las pintorescas veredas del San Isidro de entonces. Por supuesto que en cada fiesta patronal le dedicaban "Por un Caminito" en los parlantes de las "ruedas" frente al mercado.

Por las canciones y por las historias que se quedaron fuera de este capitulo, y también por las historias que no debimos contar,  hago un mea culpa -como diría Aute- y suplico perdón.

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viernes, 19 de abril de 2013

Momo




Melodía en Rosa




sábado, 13 de abril de 2013

Caendo voy, caendo vengo

Caendo voy, caendo vengo, dicen en San Isidro y también en otros lugares de El Salvador, pero en este texto nos interesa San Isidro. No sabemos quién fue el responsable de esta contaminación gramatical que se ha propagado como virus.

Hasta donde recuerdo, me percaté de esta desgracia en los años noventa mientras escuchaba vociferar a cada rato el caendo en boca de jóvenes que ahora ya son padres y madres, y que seguramente a estas alturas ya han transmitido a sus hijos el virus gramatical caendo. También recuerdo que expresaban un gran disgusto cuando se les explicaba que decir caendo es una gran "bayuncada". 



FORMAS NO PERSONALES
Infinitivo
caer
Participio
caído
Gerundio
cayendo
INDICATIVO
SUBJUNTIVO
Presente
caigo
caes / caés
cae
caemos
caéis / caen
caen
Futuro simple o Futuro
caeré
caerás
caerá
caeremos
caeréis / caerán
caerán
Presente
caiga
caigas
caiga
caigamos
caigáis / caigan
caigan
Pretérito imperfecto o Copretérito
caía
caías
caía
caíamos
caíais / caían
caían
Condicional simple o Pospretérito
caería
caerías
caería
caeríamos
caeríais / caerían
caerían
Pretérito imperfecto o Pretérito
cayera o cayese
cayeras o cayeses
cayera o cayese
cayéramos o cayésemos
cayerais o cayeseis / cayeran o cayesen
cayeran o cayesen
Pretérito perfecto simple o Pretérito
caí
caíste
cayó
caímos
caísteis / cayeron
cayeron
Futuro simple o Futuro
cayere
cayeres
cayere
cayéremos
cayereis / cayeren
cayeren
IMPERATIVO
cae (tú) / caé (vos)
caed (vosotros) / caigan (ustedes)

Real Academia Española 

El verbo Escrachar


Nunca es tarde para añadir nuevas palabras, nuevos verbos, etc. a nuestro vocabulario. Esta mañana, leyendo El País, me he encontrado  con una ráfaga de alusiones al verbo "escrachar", el cual parece agradar poco a la derecha española que por cierto está cortada con la misma tijera que la derecha salvadoreña, o lo que es lo  mismo pero no es igual a decir: "es casi tan troglodita como la derecha salvadoreña". Por lo que podemos asumir que este verbo tampoco es, ni será del agrado de sus pares "salvacuacos".


Consultando en el diccionario de la RAE, me encontré con la definición del verbo en discusión:

escrachar.
1. tr. coloq. Arg. y Ur. Romper, destruir, aplastar.
2. tr. coloq. Arg. y Ur. Fotografiar a una persona.




No por coincidencia esta semana han terminado de "escrachar" en EE.UU. al ex-general Vides Casanova una de las figuras prominentes de la llamada Tandona. Ver noticia en el NYT: US Dept. Releases Judge Ruling on Ex-Salvadoran General.

Esta noticia ha sido recibida con optimismo sobretodo por los familiares de las víctimas, entre los que podemos citar como ejemplo a los [parientes cercanos] de las cuatro monjas estadounidenses violadas y asesinadas por miembros de la Guardia Nacional cuando Vides Casanova era director.

Ciertamente que este caso ilustra la aplicación clásica del verbo escrachar tal como lo concibieron sus inventores en el Río de la Plata: "Significa Poner en evidencia a Alguien". Nunca es tarde para llamar al pan, pan, y al vino, vino, y al asesino, asesino.


“Escrachar se usaba siempre en el lunfardo, el lenguaje popular de Buenos Aires”, explica Carlos Pisoni. “Su raíz no está muy clara, pero significa poner en evidencia a alguien. Y al principio fue algo muy espontáneo. Nos enteramos de que Jorge Luis Magnacco, que era un médico que atendía los partos de las mujeres secuestradas en la ESMA, trabajaba como jefe de obstetricia en un hospital de Buenos Aires. Y que vivía muy cerca de ese hospital. En aquella época era imposible aplicar justicia. Estos genocidas vivían con total impunidad, ocupaban puestos de responsabilidad en la sociedad. Así que empezamos arrojando bombitas de pintura roja en sus casas, repartíamos información entre los vecinos y nos íbamos. Temíamos también por nuestra seguridad. A Paula Maroni llegaron a montarla en un coche y darle vueltas por Buenos Aires. Después nos dimos cuenta de que lo importante no era sólo señalarlos, sino que la sociedad los condenara. Que el panadero no le vendiera el pan ni el carnicero la carne”.

“Escrachar se usaba en el lenguaje popular de Buenos Aires. Su raíz no está muy clara, pero significa poner en evidencia a alguien"
“Al cabo de un año el trabajo la actividad se hizo más compleja. Hacíamos un trabajo previo de información en los barrios que podía durar unos tres meses”, continúa Paula Maroni. “Citábamos a las organizaciones sociales del barrio y creábamos una mesa del escrache. Ya no se trataba de una acción en sí. No tenía que ver con el hecho fascista que puede suponer decir yo digo que vos sos culpable de algo, voy, te marco y me marcho. Lo nuestro era una construcción política en el tiempo. Llegamos a disfrazarnos de carteros para comprobar que en tal casa vivía quien nosotros creíamos que vivía. Informábamos paso a paso, semana a semana, al barrio. Y el día del escrache era sólo la culminación de un proceso que había culminado mucho antes”, añade Maroni.

Había unos 200 miembros de Hijos en la capital y 500 en el país. Escracharon a más de 50 personas en Buenos Aires y a una centena en Argentina. ¿Se habría conseguido enjuiciar a muchos militares sin aquellos escraches en los domicilios? “Fuimos un granito de arena muy importante”, explica Carlos Pisoni. “Yo comencé a escrachar cuando me encontré en un bar al que torturó a mi padre. Podía haber optado por partirle una botella en la cabeza, pero pensé que la salida tendría que ser colectiva. Y conseguimos implicar a la sociedad”.
En 2004, tras la llegada de Néstor Kirchner al Gobierno y con la reapertura de los juicios contra los militares entendieron que ya no tenía sentido continuar con los escraches, salvo en casos puntuales. Uno de esos casos concretos fue el del general Jorge Rafael Videla. “Le habíamos hecho un escrache en 1998 y después otra modalidad que le llamamos el escrache móvil. Íbamos en bicicleta, motos y autos, por casas que ya habíamos pasado otras veces”, relata Pisoni. “Pero en 2006 el tenía prisión en su domicilio. Era el símbolo de la dictadura y nos propusimos que fuera a una cárcel común. Logramos que se revocara la prisión domiciliaria”. Ver Artículo completo "Comencé a escrachar cuando me encontré en un bar al que torturó a mi padre", de Francisco Peregil en El País.

martes, 2 de abril de 2013

24 marzo



MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO: CONVERSIÓN Y MARTIRIO. 2013.

OBRA DE TEATRO DE LOS SALVADOREÑOS UNIDOS DE OREGON 

Mensaje de Dagoberto Flores:
"Quiero compartir con todos ustedes este trabajo que los Salvadoreños Unidos de Oregon, SALUDO, hemos venido trabajando desde el 2010, y que este año hemos tenido de presentar de nuevo. Se trata de una obra de teatro en conmemoración del martirio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero."

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