martes, 26 de diciembre de 2017

Se fue pal viento

En el universo de los niños, las palabras significan exactamente lo que ellos entienden, ni más ni menos. En una historia que me relataron este día, un niño al cual Don Fito llamaba "Pollito", escuchó tantas veces la expresión "se fue pal norte", que cuando su mamá también se fue pal norte, y al niño le preguntaban por ella, su respuesta era y sigue siendo: "se fue pal viento". Está de más explicar que para los niños salvadoreños, norte es sinónimo de viento, y viceversa.

En otra historia, recuerdo cuando mi sobrino Óscar, hace poco más de tres décadas, conoció a su profesora en un colegio de Antiguo Cuscatlán. Cuando él supo su nombre, no lo podía creer, la maestra se llamaba Luz, un hecho que para los adultos no llamaría la atención, sin embargo, para El Niño, ella se llamaba Luz, igual que el bombillo eléctrico. Óscar no paraba de reírse, para embarazo de la maestra, que nunca había experimentado la sensación de que su nombre era ridículo.

Finalmente, tenemos el día cuando Ignacio conoció a Pocasangre en la escuela de ingeniería eléctrica de la universidad. Por alguna razón, Carlos, su padre tenía que hablar con Pocasangre, y cuando estuvieron en su cubículo le dijo al niño, que para entonces tendría unos cinco años -Ignacio, te presento al Ingeniero Pocasangre. Ignacio no lo podía creer, y asombrado preguntó: ¿de verdad tiene poca sangre?  Cosas de niños, cosas que los adultos no pueden entender desde el día en que perdieron la capacidad de asombro.





viernes, 8 de diciembre de 2017

8 Diciembre