sábado, 16 de julio de 2011

Comune Denuclearizzato

Fotografía cortesía de Pino Vicentini

En 1986 ocurrió el peor desastre nuclear de la historia en la central de Chernóbil - en la entonces Unión Soviética- . Una de las consecuencias de Chernóbil fue que muchos países -principalmente los europeos- reconsideraron la opción nuclear.

Como ejemplo de la ola de reacciones post-Chernóbil, Italia celebró en 1987 un referendum abrogativo que incluía tres preguntas referendarias relacionadas al uso de la energía nuclear:

1- Referendum para la abolición de los procedimientos para la ubicación de las centrales electronucleares.
2- Referendum para la abolición de contribuciones a las regiones y municipios sedes de centrales electronucleares
3-Referendum para la abolición de la participación de ENEL (Ente Nacional de Energía del estado italiano) en la realización de centrales nucleares en el extranjero.

Las tres preguntas referendarias fueron aprobadas con niveles superiores al 70%, de manera que los proyectos nucleares pasaron al olvido, al menos hasta el día de hoy. Las regiones y municipalidades en las que la población votó a favor de la abolición instalaron cartelli (señales viales) con la leyenda COMUNE DENUCLEARIZZATO.

Durante mi soggiorno italiano (1990-1993), tuve la oportunidad de encontrarme con los cartelli durante mis viajes de ida y vuelta al trabajo en tren, autobus o en automóvil en los alrededores de Bologna.

En realidad no me resultaba excesivamente extraño un municipio no nuclear, si tomamos en cuenta que en el municipio de Vinci -la ciudad en la que nació Leonardo- se había establecido mediante una ordenanza municipal un límite para la velocidad de la luz, diferente -por cierto- al que establecen las leyes naturales.

Después de la tragedía de Fukushima, la Corte Constitucional del estado italiano aceptó un recurso -presentado por organizaciones que aquí llamaríamos de la sociedad civil- que básicamente obligó al gobierno italiano a realizar un nuevo referendum acerca del uso de la energía nuclear.

Berlusconi hizo uso de todos sus recursos intentando evitar la realización del referendum, pero fue en vano, y la mayoría de los italianos reafirmaron su rechazo a las pretensiones de reconsiderar el uso de la energía nuclear. Esto fue providencial, ya que de no haber ocurrido lo de Fukushima, Berlusconi seguramente habría llevado a puerto su pretensión de reconsiderar el uso de la energía nuclear.

Imaginando que tras los eventos de 2011, muchos cartelli que se encontraban deteriorados o destruidos, serían reastaurados o reconstruidos totalmente, le pedí a mi amigo Giuseppe (Pino) Vicentini que localizara alguno en buen estado cerca de su ciudad -Ferrara- y obtuviera una imagen para compartirla con nosotros.

La fotografía que acompaña este texto muestra a Pino Vicentini posando junto a uno estos cartelli. Tengo la esperanza que las carreteras y caminos en Italia, pronto estarán adornados nuevamente con los cartelli para mostrar a los municipios y regiones que han reafirmado su vocación no nuclear.


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