viernes, 13 de marzo de 2009

El Año que Vivimos en Esperanza


Comunidad la Fosa, costado oriente de la UES. Foto J.R. Ramos

Cada año que vivimos tiene su propia marca. Para nosotros en El Salvador, vivir en peligro es casi la marca de origen. Por esta razón, a pesar de que el titulo del film "El año que vivimos en peligro", que protagoniza Mel Gibson, es impactante, para nosotros es apenas un lugar común, aquí siempre vivimos en peligro. Mi sobrino Oscar nació en 1980, y desde el primer segundo de vida ya estaba en peligro, por ser salvadoreño. En ese año teníamos toque de queda, y para los que esperábamos el nacimiento de un niño, las consecuencias del toque de queda añadían un nivel de angustia adicional a un proceso que ya de por sí era complicado. Afortunadamente los síntomas comenzaron después de las 6 de la mañana, de manera que fue posible viajar hacia el hospital sin necesidad de improvisar banderas blancas.

A pesar de los pesares, también hubo años que quedaron marcados por el amor, y nuestros recuerdos de esos tiempos han quedado contaminados por la presencia de alguna persona que con mucha lotería y otro vocabulario, también nos amó. Nadie como El Gabo para ponerle nombre a esas épocas marcadas por el amor. Gabriel García Marquez dixit: "El amor en tiempos del cólera". Pero nuestras eventualidades son tan variadas y tan frecuentes, que necesitaríamos reeditar varias veces el título: El amor en tiempos de la guerra,...del terremoto, ...del dengue, ....del terremoto II,...de Stan, etc. Conozco al menos a una persona que asocia una canción de amor con un terremoto. En este caso la canción "Blue Winter" en la voz de Connie Francis, con el terremoto del 65 (también está Canchis-canchis con el del 86, etc.).

La época que termina este 15 de marzo la recordaré como "El año que Vivimos en Esperanza". Desde 1972 nunca habíamos estado tan cerca de un cambio, por la vía democrática, en El Salvador. Yo voté por primera vez en una elección presidencial en febrero de 1977. En realidad no voté, ya que cuando me presenté al centro de votación en Sonsonate, me sellaron la cédula de identidad y me explicaron que las papeletas ya se habían agotado. El Fraude ya estaba consumado, el resto es historia. Debo confesar que, desde aquel tiempo, es la primera vez que votaré con alguna esperanza de que mi voto pueda tener algún valor. Decidí afrontar este texto sin saber el final de esta historia. Pasan de la 15 horas del 13 de marzo, la suerte debería estar echada,.... pero como escribe Kapuscinski, en el prólogo de "Las Guerras del Fútbol y Otros Reportajes", retomando las palabras de un jefe tribal africano- ¿Dios, cuando vas a permitir que los débiles le ganen una batalla a los poderosos?

3 comentarios:

PorFIA dijo...

Um, siendo un pesimista nato. Sustituiría, en la medida de lo posible, "esperanza" por "cambio".

manlia dijo...

a media hora que cierren los centros de votacion, el mensaje es realmente inspirador, solo espero que de la esperanza pasemos al cambio verdadero...

J. R. Ramos López dijo...

Son las 18:58. tengo una botella de espumante español en la refri, en este momento lo pasaré una media hora al freezer, just in case....