La decisión del canal 35 (miembro de TCS) de no transmitir el domingo pasado la entrevista que Jorge Ramos hizo a Mauricio Funes fue un acto de censura corporativa. Resulta paradójico que uno de los ejes en la campaña del partido Arena es la defensa de lo que denominan el sistema de libertades, el cual incluye por supuesto a la libertad de expresión. En América Latina en general, y en El Salvador en particular, tenemos experiencia padeciendo diferentes modalidades de censura que van desde la destrucción física de las instalaciones de periódicos o estaciones de radio, pasando por la intimidación y asesinato de periodistas, hasta formas más sofisticadas como las que practicaba Montesinos en Perú, en donde reunía diariamente a los directores de los noticieros para darles línea, es decir dictarles la agenda del día. ¿Cual es la diferencia entre la censura de Estado y la que practican las corporaciones privadas en El Salvador y en otros países? Para los propósitos que debería servir el periodismo, es decir brindar información oportuna y objetiva a la sociedad, la diferencia es inexistente. La censura corporativa es tan perversa como la censura de Estado.
El texto original apareció en la sección de cartas de El Faro el lunes 9 de marzo de 2009.
El texto original apareció en la sección de cartas de El Faro el lunes 9 de marzo de 2009.
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