viernes, 3 de enero de 2014

Víctor


Víctor Manuel Santiago López
(1935-2013)

Tres Historias 
Cuando era apenas un niño de siete años más o menos, vivía con Mamaría en el mesón Manzano de Sonsonate. Una noche comíamos pescado, y una espina había quedado atorada en mi pequeña garganta. Víctor estaba con nosotros aquella noche.  Me hizo tragar un poco de requesón, y luego me hizo tragar un guineo, y pronto estaba vomitando, y asunto arreglado.

Durante otra de sus visitas -siempre en El Manzano- yo fui a la pila, la cual era tan grande que era casi una piscina, y por descuido me fui de cabeza, no sin antes lanzar un grito, de esos que lanzan los niños cuando están en apuros. Víctor cenaba con Mamaría, pero al mismo tiempo estaba atento a todo, y se percató de que yo me estaba ahogando. Esa fue la segunda vez que me salvaría....

Este episodio solo lo sabíamos Mamaría y Yo, pero igual hay que contarlo.  Una mañana apareció un camión de soldados preguntando por Víctor, y Mamaría me dio instrucciones para que medio abriera la puerta, para que no la vieran a ella, y les dijera que él no estaba. Dicho y hecho: 
- No está- les dije
- ¿Y cuando va a regresar me preguntaron?
- ¿Y ahora qué les digo Mamá?- dije descubriendo a Mamaría, el resto es historia.

Los viajes
A finales de 1967, fuimos a pasar el fin de año con él a Puerto Cortés. Aquella expedición quedó grabada para siempre en mi memoria. Para variar, yo viajé con la partida de nacimiento de Yuri. Recuerdo que en la frontera, Mamaría nos dijo que pasáramos a píe hasta el otro lado, y que allí iba a parar el bus, y así fue. Los primeros días estábamos fascinados por los caracoles, e insistimos tanto que  muy pronto nos llevaron a comer sopa de caracol.... pero no nos gustó. Cosa de niños. A Víctor le habían prestado algunos discos de 45 rpm entre los que se encontraba un sencillo de  The Beatles. En el lado A estaba Strawberry Fields Forever y en lado B, Penny Lane. Ya estaba escrito que Strawberry Fields pasaría a formar parte de la pista sonora, no solo de aquel viaje, sino de nuestras vidas. También estaba un LP de un grupo llamado los Tex-Mex cuyo recuerdo todavía es patrimonio familiar.
Cuando estudiaba Plan Básico, una vez me preguntó  acerca de las unidades de medida. Bueno, metros, centímetros, milímetros- le respondí- Eso no sirve para nada- me dijo -en la construcción se usa el sistema inglés, todo está en pulgadas. Víctor fue un ingeniero nato, como los que construyeron las torres de las ciudades medievales en Italia, o como Marconi que no estudió en la Universidad, pero inventó cosas, como la comunicación por radio. Fue jefe montador al mando de decenas de técnicos e ingenieros en proyectos que le harían temblar las piernas a cualquier ingeniero. Su talento y su inteligencia le abrieron muchas puertas, y por eso pudo conocer muchos países, mucha gente, muchas mujeres, y así pudo vivir durante mucho tiempo en países como Venezuela que fue su segunda patria.   

Mi padre apreciaba cuanto había cambiado Víctor después de aquellos viajes, especialmente después de estar en Dominicana, en Aruba y en Venezuela. Mi padre tenía un par de dichos acerca de los viajes: El que no sale nunca de su patria que haga de caso que no lo ha parido- eso era más o menos lo que siempre decía acerca de los que viajan. Y vaya que Víctor se dio gusto viajando.  El muchacho travieso que accidentalmente le pegó un tiro al hijo del alcalde de Armenia, y llegó huyendo a Ranchador, era un recuerdo lejano.

Epílogo

Un caballero debe ser valeroso
su corazón solo conoce la virtud
su espada defiende a los desvalidos
su palabra solo dice la verdad
su ira aniquila al malvado."

Así quisiera recordar a Víctor, como un corazón de oro, aunque los versos son para un corazón de dragón, porque de alguna manera, al pelear tantas batallas por nosotros, por los López, el hizo el papel de nuestro campeón. Más de una vez fui un desvalido y su espada me defendió.....
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1 comentario:

CHIQUI dijo...

Hola hermanito al leer esto se me salieron las lagrimas por que si es cierto que mi papi aun estando a super distancia siempre estuvo pendiente y tan cerca de nosotros. Gracias por ta bonito detalle de mi padre bello, mi héroe el que siempre busco una solucion para poder ayudar y dar amor.