viernes, 8 de mayo de 2015

¿Enviarías a tus hijos a una mina o a Iraq?

¿Enviarías a tus niños, tus hijas o hermanos, a trabajar en una mina?” Muchos de los que responden no, probablemente cambiarían de opinión si la pregunta fuera ¿Enviarías a los niños, a las hijas o a los hermanos de otros a trabajar en una mina? Solamente de esa manera se explica el apoyo velado de algunos sectores a la minería.

También los que están de acuerdo en enviar soldados a Iraq o a cualquier otro lugar del mundo, lo hacen porque los "carne de cañón" no son hijos, ni hijas, ni hermanos suyos. En una ocasión, Michael Moore se presentó a la entrada del Congreso de los EE.UU. repartiendo formularios de inscripción del ejército, y como era de esperarse, de todos los congresistas entrevistados, solamente uno tenía hijos sirviendo en Iraq. Ni Paco Flores, ni sus amigos enviaron a sus hijos , ni a sus hermanos a Iraq.

"Estamos en Iraq porque nos conviene" escribió uno de los plumíferos más conocidos de los autodenominados "tanques de pensamiento" de El Salvador. ¿A quién le conviene una aventura semejante? ¿En nombre de quién habla este fulano? Seguramente que los familiares de Natividad Ramos, el soldado que murió en Iraq en 2003 no están de acuerdo con el cinismo del plumífero.

Un último botón de muestra. Hace algunos años, el presidente Menen de Argentina puso a cargo de aplicar las recetas de austeridad de  los organismos financieros internacionales al ministro Cavallo. Entre estas medidas estaba la de condenar a los pensionados a vivir con menos de 150 dólares al mes. Al mismo tiempo Cavallo -para justificar su salario-  declaraba que él no  podía vivir con menos de diez mil dólares al mes. 

En el fondo se trata de lo que Carl Sagan denomina "Las Reglas del juego". Visto que para los que tienen la sartén por el mango  la Reglas de Oro, Plata y Bronce son de mal gusto; desde posiciones de fuerza, las reglas de Hierro (Haz a los demás lo que te plazca, antes que ellos te lo hagan a ti); y de Hojalata (Trata de ganarte el favor de los que están por encima de ti y abusa de los que tienes debajo) son las preferidasLos salvadoreños hemos perfeccionado la Regla de Hojalata"las gallinas de arriba se cagan en las de abajo". Este el lema de los matones y los enrollones (tal como nuestro plumífero eminente).



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