viernes, 20 de marzo de 2015

Matar el Chucho a Tiempo

Para la Ciudad que es imperio, todo lo que le conviene es justo
TUCÍDIDES

Saber perder es igual de importante que saber ganar, a veces se gana perdiendo y otras tantas se pierde ganando. Sin embargo  de la teoría a la práctica existe un gran trecho. La obsesión por el éxito, y el culto por los "exitosos" han propiciado que en el establishment se vea apenas como pecadillo menor torcer las reglas para hacer parecer como justo todo lo que nos conviene.

En el mundo del futbol, existe un personaje tan metafórico, que por momentos haría sonrojar al mismísimo Machiavelli. Hace pocos días. para no  ir más lejos, su equipo -el Chelsea- enfrentaba al PSG. Como de costumbre Mourinho comenzó su tarea de ablandamiento del  arbitro denunciando que el PSG era un equipo que jugaba "sucio", sin dejar de lado la eterna conspiración arbitral en contra de los equipos que él ha dirigido.

Esto es lo que en dialecto salvadoreño se conoce como "matar el chucho a tiempo", es decir si pierde, siempre puede culpar al árbitro, y por otra parte si el árbitro muerde al anzuelo, se sentirá tentado a pitarle todo al otro equipo - en este caso el PSG- y a ser más benévolo con el equipo de Mourinho. Tal como pudimos constatar, la estrategia mourinhesca funcionó en parte, ya que a la primera oportunidad el árbitro expulsó a un jugador del PSG, tras una falta que a los ojos de todo el mundo fue "leve". A pesar de todo, el Chelsea fue eliminado, y "Mou" que en esta  ocasión no podía culpar ni al árbitro, ni a la UEFA, ni a UNICEF (como lo hacía cuando perdía contra el Barcelona), se limitó a culpar a  sus jugadores. Los equipos con 10 jugadores juegan mejor que con 11, sentenció. Sobretodo si el Mister les ordena jugar como "ratones" diría Di Stefano.

Una jugada parecida hicieron los del partido que está más a la derecha en El Salvador (Dagoberto Gutierrez Dixit  que todos los partidos y casi todos los candidatos son de derecha). Durante buena parte de la campaña electoral se dedicaron a matar el chucho a tiempo, es decir a ablandar al árbitro (el TSE) denunciando fraude. No es de poca monta recordar que poco antes de las elecciones  se retorcieron las reglas del juego. Una vez iniciado el recuento, se lanzaron al unísono con su coro griego (ANEP, FUSADES, Aliados por la democracia, etc.)  exigiendo casi un recuento voto por voto para hacer valer  la voluntad popular.

Si perdemos es culpa del árbitro, y si ganamos es mérito mío, diría "Mou". Bueno, el hecho es que a la hora de definir el diputado 84, los del partido más a la derecha aparecieron exigiendo exactamente lo contrario que exigian al inicio del recuento, es decir ahora en lugar de exigir que abrieran las urnas y se hiciera un recuento voto por voto, presionaron en coro para pedir la anulación de actas, para bajarse al todavía diputado Douglas Avilés, en beneficio de uno de los "innombrables".

El pueblo ya habló, dicen los "speakers" del partido, mientras los "tamales" se cocinan a costa de los resíduos del CD. Uno de mis viejos  profesores decía que es interesante ver a la gente sin máscara (Oscar Wilde sostiene que solo con máscara se atreven a decir la verdad). La retórica prepotente de este proceso, me refresca la imagen de la derecha que yo recuerdo en los tiempos de los fraudes "al por mayor". Octavio Paz escribió que los vencedores jamás podrán ostentar la dignidad de los vencidos. Bueno al menos ese es el consuelo que le queda al todavía diputado Douglas Avilés.




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