jueves, 26 de diciembre de 2013

Hace 24 Años







La noche del 24 de diciembre del 89, a las 9 de la noche para ser preciso, llegaba  a Bologna dando una especie de salto sin red. La vuelta atrás era bastante complicada. Quedarse también era complicado, y así fue los 3 años y 4 meses que duró mi soggiorno italiano en el Bolognese.

Pino Vicentini, uno de los amigos entrañables que cultivé durante ese salto, me dijo -y con razón- que 10 años después de dejar Bologna, probablemente vería las cosas de un modo diferente a como las veía en el día a día de  mi rutina como extra-comunitario.

24 años después de mi   aterrizaje en Bologna, mi gratitud con los buenos Bologneses se mantienen  en su sitio. Por supuesto que al igual que en el resto del mundo también hay cretinos en Bologna, pero  sigo creyendo que tuve mucha fortuna de haber caído  como paracaidista en una ciudad como Bologna.



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