martes, 30 de julio de 2013

Corto sueño y larga andanza


Corto sueño y larga andanza
en constante despedida
todo nos falta en la vida
todo menos la esperanza
RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN

Esta estrofa del  texto de Raúl González Tuñón adornaba aquella invitación rústica realizada en mimeografo que anunciaba el concierto del Quinteto Tiempo en el Auditorium de Derecho en julio de 1975.

Entonces éramos jóvenes pero no lo sabíamos -escribe  Mario Benedetti- tampoco sabíamos que aquella tarde de julio la historia reciente de nuestro país marcaría un punto de no retorno. Yo estudiaba con Sánchez Casares (chassis) en el bosquecito preparándome para un laboratorio evaluado de Física I, cuando comenzaron a llegar los heridos. 

Uno de mis amigos de nombre Carlos Alberto, que ahora es médico neonatólogo corrió -junto a otros estudiantes-  hasta el hospital del ISSS, en donde médicos y enfermeras los vistieron de enfermos y los acostaron en camas del hospital  para evitar que fueran capturados  o desaparecidos. De allí salió hasta el día siguiente.

Moris, otro amigo mío, primo de mis amigos de infancia  de San Isidro -los Cerna- me relató en los días posteriores al 30 de julio, que de alguna manera se logró tirar desde el puente hasta lo que ahora se conoce como la Juan Pablo II.

Uno de mis compañeros de bachillerato industrial, de apellido Calderón, quien también sobrevivió aquel 30 de julio, me dijo literalmente -Yo voy a conseguir un fusil, a mi no me vuelven a agarrar desarmado- otros miles también pensaron lo mismo. Lo demás es historia.

Algunos días después por fin entregaron el  cuerpo de uno de los estudiantes asesinados aquel 30 de julio, y  se permitió el funeral que hizo el recorrido desde la UES hasta el cementerio general. Allí estuvimos, no sin temor, pero también estaban los diputados opositores como Rey Prendes, y otros.

Ni los diarios oficialistas pudieron evitar noticias como la del comandante de la Guardia Nacional de San Miguel que fue destituido porque su hijo murió en la manifestación, o la del empleado del ISSS al que le dispararon por ver hacia la calle mientras se reprimía la manifestación.

.... Y todo esto quedó grabado en nuestra memoria mientras  cantaba el Quinteto Tiempo en el cassette........





      

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