miércoles, 3 de marzo de 2010

Relatos de Viajeros

Hace un siglo, el explorador polar Ernest Shackleton dirigió una expedición para alcanzar el polo sur. Como resultado de aquel intento, la expedición estableció la marca de haber llegado al punto más al sur, y en consecuencia, a su regreso al Reino Unido fue recibido como héroe y recibió el título de Sir. En realidad la misión había fracasado, ya que Shackleton no logró llegar al polo Sur.

Shackleton estableció un campamento en Cape Royds, y desde allí se lanzó con tres acompañantes a conquistar el polo sur. A 180 km del polo, se vieron obligados a regresar debido a que las provisiones se les agotaban. Aparentemente, escogieron la ruta climática más favorable para regresar, ya que debieron abandonar algunas de las provisiones más estratégicas que habían almacenado en el campamento de Cape Royds.

Casi un siglo después, durante trabajos de restauración del refugio que sirvió de campamento a Shackleton, los restauradores encontraron un tesoro enterrado entre las rocas y el hielo, bajo las tablas que servían de suelo en las cabañas: 5 cajas de escoces (marca McKinlay ) y dos cajas de brandy. El Blog The Pour del New York Times, especializado en Whisky, Vino, Cerveza, y otros espíritus, hace un recuento de este hallazgo en su edición del 5 de febrero.

En realidad no sabemos el número de personas que participaban en la expedición, pero uno puede especular que
a lo mejor Shackleton no deseaba compartir su tesoro etílico con todo el mundo. Además, Shackleton había aceptado previamente las condiciones de disciplina de la Royal Navy. El final feliz de este capítulo de la historia, es qué el grupo Whyte & Mackay -dueños actuales de la marca original McKinlay- están intentando recuperar la receta de la mezcla original.

En otro episodio semejante -que me vino a la memoria después de leer el post de The Pour- recordé que en el capítulo CI de Moby Dick, Herman Melville menciona un hallazgo que le llamó poderosamente la atención en sus investigaciones acerca de las historias leviatánicas:

"...... Fue en ese capítulo titulado "Smeers" o "Grasa", donde me encontré una larga lista detallada de las provisiones para las despensas y bodegas de ciento ochenta balleneras holandesas, de la cual transcribo, según la traducción del doctor Snodhead, lo que sigue:

400,000 libras de carne
60,000 libras de cerdo de Friesland
150,00o libras de pescado
550,000 libras de galleta
72,000 libras de pan fresco
2,800 cuñetes de manteca
20,000 libras de queso Texel y Leyden
144,000 libras de queso (probablemente un artículo inferior)
550 ankers de ginebra
10,800 barriles de cerveza

......La cantidad de cerveza también es muy grande: 10,800 barriles. Como en esa comarcas polares solo era posible cazar durante el breve verano (de modo que todo el viaje de una de esas balleneras, no pasaba de tres meses) y como calculando 30 hombres para cada uno de los 180 veleros, tenemos en total 5,400 marineros holandeses, resultan precisamente 2 barriles de cerveza por cabeza durante el lapso de doce semanas, sin contar la discreta porción de esos 550 ankers de ginebra que le tocaba a cada uno.....

Pero no sigamos con esto; ya hemos dicho bastante para demostrar que los balleneros holandeses de hace dos o 3 siglos sabían darse muy buena vida....".

Esta anotación de Melville coincide con la conclusión de The Pour:
"In the age of steamer trunks and ocean liners, people packed big, even for exploration. No Tang for them!". Esto último, a propósito de la pregunta de Obama a los tripulantes de la estación espacial ¿todavía beben Tang allá arriba?

Por último, recuerdo que durante una visita de un escritor español [no estoy seguro si se trataba de Benjamin Prado], uno de los zares nacionales de la crítica literaria lo entrevistó, y en algún momento la conversación terminó en el callejón sin salida de las cosas realmente importantes en la vida, y el entrevistador tuvo la desventurada idea de incluir al buen Jack Daniels entre la lista de cosas prescindibles -momento joven- replicó el escritor español - con Jack Daniels no se meta.


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