lunes, 14 de septiembre de 2009

Los Nuevos Próceres

Desde que Paco Flores dolarizó la economía salvadoreña, ha sido más complicado explicarle a nuestros ciudadanos, incluyendo a los que han programado transmitir el film de ficción "El Patriota" este martes 15 en TCS, que los próceres de la independencia de El Salvador no son Benjamin Franklin, ni Thomas Jefferson, ni mucho menos el personaje encarnado por Mel Gibson en el film mencionado antes.

He incluido dos nombres no por casualidad, ya que antes de involucrarse en la revolución por la independencia de lo que hoy es EE.UU., Jefferson y Franklin eran científicos. Franklin era venerado en EE.UU. y Europa como fundador del nuevo campo de la física de la electricidad. De hecho, él inventó la varilla "Franklin", el diseño de pararrayo que todavía se usa en casi todo el mundo. En su tiempo un predicador lo acusó de interferir con los designios de Dios, ya que se interpondría con su aparato entre la mano divina y los mortales cuyos nombres ya estaban escritos en el cielo en la orden del día. Tampoco es casualidad que un conocido negocio de óptica en El Salvador haya sido bautizado en su honor.


"Thomas Jefferson [1] era un científico. Así es como se definía él mismo, pero no existía la oportunidad de dedicarse a la ciencia en la Virginia prerrevolucionaria. Fue responsable, más que nadie, de la idea de que ni los reyes, ni los curas, ni los alcaldes de las grandes ciudades, ni los dictadores, ni una camarilla militar, ni una conspiración de facto de gente rica, sino la gente ordinaria en conjunto debe gobernar las naciones. Escribió la declaración de independencia de EE.UU. -un documento que en su momento fue denunciado por conservadores de todo el mundo: la monarquía, la aristocracia y la religión avalada por el Estado... eso era lo que defendían entonces los conservadores. En una carta compuesta pocos días antes de su muerte escribió que la luz de la ciencia había demostrado que la masa de la humanidad no ha nacido con una silla de montar a la espalda, y que tampoco unos pocos privilegiados nacían con botas y espuelas. La historia le enseñó que los ricos y poderosos roban y oprimen si tienen la más mínima oportunidad. Describió a los gobiernos de Europa, a los que pudo contemplar con sus propios ojos como embajador americano en Francia. Decía que bajo la pretensión de gobierno habían dividido a sus naciones en dos clases: lobos y ovejas. Enseñó que todo gobierno se degenera cuando se deja solos a los gobernantes, porque estos por el mero hecho de gobernar- hacen mal uso de la confianza pública. El pueblo en sí es la única fuente prudente de poder. Pero le preocupaba que el pueblo- y el argumento se encuentra ya en Tucídides y Aristóteles- se dejase engañar fácilmente. También subrayó, apasionada y repetidamente, que era esencial que el pueblo entendiera los riesgos y beneficios del gobierno, que se educara e implicara en el proceso político. Sin él, los lobos lo engullirían todo. Así lo expresó en Notas sobre Virginia:


En todo gobierno sobre la tierra hay algún rastro de debilidad humana, algún germen de corrupción y degeneración que la astucia descubrirá y la malicia abrirá, cultivará y mejorará de manera imperceptible. Todo gobierno degenera cuando se confía sólo a los gobernantes del pueblo. El propio pueblo es por tanto el único depositario seguro.......


Jefferson tuvo poco que ver con la redacción final de la constitución de Estados Unidos; cuando se estaba gestando, él ocupaba el cargo de embajador en Francia. Le satisfizo la lectura del documento con dos reservas: No se ponía límite al número de períodos que podía gobernar un presidente. Eso propiciaba que un presidente se convirtiera en rey de facto, si no legalmente. La otra gran deficiencia era la ausencia de una declaración de derechos. El ciudadano, la persona media, no estaba bastante protegida de los inevitables abusos de poder de los que lo ejercen. Creía que el hábito del escepticismo era un requísito esencial para una ciudadanía responsable. Arguía que el coste de la educación es trivial comparado con el coste de la ignorancia de dejar el gobierno a los lobos. Creía que el país solo está seguro cuando gobierna el pueblo."

Carl Sagan resume el pensamiento de Jefferson, sugiriendo de manera provocadora que los verdaderos patriotas están obligados a hacer preguntas dificiles a sus gobernantes. Algo así como lo que hace Michael Moore, quién no tiene ningún empacho en declarar que él es el patriota número 1 en EE.UU.


Creo que algunos padres y madres salvadoreños tendrán que pensarselo más de dos veces antes de contestar a los niños las inevitables preguntas:

-¿Quién es el señor que aparece en este billete?

O peor aún, si les preguntan:

-¿Y Por qué no aparecen Manuel José Arce, José Matías Delgado, José Simeón Cañas, etc. en los billetes, o en las monedas?

Por fortuna para los conservadores, Jefferson aparece solamente en el reverso del billete de $2, el cual no es tan común, de lo contrario tendrían que hacer muchas piruetas para no explicar las todavía escandalosas -en El Salvador- ideas de Jefferson, una práctica bastante frecuente cuando se trata de pureza ideológica en las huestes conservadoras. Franklin, por otra parte, aparece en el billete de $100, el cual tampoco es tan popular en nuestro país por razones obvias.

Para la segunda pregunta, ni modo, paciencia como dice Serrat: Nunca es triste la Verdad, lo que no Tiene es Remedio.

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[1] Los párrafos acerca de Jefferson son una adaptación del artículo "Los Verdaderos Patriotas Hacen Preguntas" escrito por Carl Sagan y Ann Druyan.

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