jueves, 5 de febrero de 2009

Palabras de Agradecimiento a Carlos Henríquez Consalvi

Con Santiago me ocurre lo que a muchos otros con sus cantautores o escritores preferidos, como Serrat o Benedetti. Su voz o sus textos nos han acompañado en tantos momentos buenos y no tan buenos, que ilusoriamente los llegamos a considerar casi como nuestros iguales. Es el tipo de relación más asimétrica que se pueda imaginar, ya que por más que nos esforzamos en conocerlos mejor, en seguir su trabajo, para ellos siempre seguiremos siendo desconocidos. De todas maneras, que bueno que Santiago recibe un premio. En lo que a mí respecta, el trabajo realizado en el documental “1932 Cicatriz de la Memoria”, me deja en deuda infinita con él, ya que uno de los testimonios registrados en el mismo, es el de mi Padre José Doroteo López. La obra de Santiago, así como la de investigadores académicos como Virginia Tilley, son imprescindibles para que los salvadoreños podamos conocer nuestro pasado, especialmente para que conozcamos algunos de los capítulos más negros de nuestra historia reciente, tales como el genocidio de 1932 [genocidio. (Del gr. γένος, estirpe, y -cidio). 1. m. Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.]

No hay comentarios: