miércoles, 20 de noviembre de 2019

Por Culpa de Mozart

Cuando nadie tiene la culpa, solo queda el mérito o virtud, en este caso la belleza, la perfección son culpa de Mozart, por no equivocar ni una sola nota, por no colocar ni una de más, ni una de menos. Como el pequeño príncipe en su viaje de galaxias, quizás buscando el agua que  cura también el  hipo sideral, quizás buscando la vida, la pequeña Sara llegó hace un minuto, siguiendo las pistas que le envió el pequeño Wolfgang desde la eternidad. Bienvenida dice Mozart, y nosotros todos, lo secundamos.

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