viernes, 12 de octubre de 2018

El Turno del Ofendido

Me habéis golpeado, azotando 
la cruel mano en el rostro
 
(desnudo y casto

como una flor donde amanece
la primavera)

Me habéis encarcelado aún más 
con vuestros ojos iracundos
 
muriéndose de frío mi corazón
 
bajo el torrente del odio


Habéis despreciado mi amor 
os reísteis de su pequeño regalo,
 
ruboroso sin querer entender
 
los laberintos de mi ternura
 

Ahora es la hora de mi turno
 
el turno del ofendido por años silencioso
 
a pesar de los gritos
 

Callad
 

callad
 

Oíd.




Roque Dalton, 1962.

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