jueves, 27 de mayo de 2010

Hijo de la luz y de la sombra

Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.

MIGUEL HERNANDEZ

Joan Manuel Serrat recién ha lanzado su último trabajo discográfico "Hijo de la luz y de la sombra" basado en poemas de Miguel Hernández. Esto no tendría nada de extraordinario; pero Serrat es Serrat, y decidió lanzarse en una aventura que a estas alturas del partido ha sido muy arriesgada para él, ya que el LP que grabó hace casi 40 años con los poemas de Hernández tuvo mucho que ver tanto con su carrera, como con la imagen poética que -muchos que no conocíamos a Hernández- nos hicimos de él.

El cantautor se ha tomado muy pocas libertades a la hora de adaptar los textos. En todo caso, es un derecho ganado a pulso tras más de cuatro décadas de ejercer como el gran difundidor de los poetas condenados al olvido por la dictadura franquista. En mi caso personal -de no ser por Serrat- difícilmente habría conocido los textos de poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Gabriel Celaya, León Felipe y José Agustín Goytisolo.

Para un país que aún no se recupera del todo de los traumas heredados de la dictadura franquista, la figura del poeta sigue siendo incómoda. De hecho, los cargos en base a los cuales la dictadura envió a la cárcel a Miguel Hernández aún no han sido retirados oficialmente, y uno de los poemas seleccionados para este trabajo -Canción del esposo soldado- fue usado como prueba de su afiliación política.

A pesar de los pesares, Serrat asumió este trabajo como si fuese el último. Las arrugas y las cicatrices en la voz del cantautor son meras condecoraciones a la hora de asumir la voz de un poeta que de niño pastoreaba cabras. "Rumbos perdidos a flor de tango" nos cantaba -un Serrat más tarreS que Serrat- en uno de sus trabajos anteriores, pero en "Hijo de la luz y de la sombra" la urgencia de los textos solo permite el ritmo de tango para cantarle al hambre.

Por el cinco de enero,
cada enero ponía,

mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días,
que derriban las puertas
,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas
.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras
:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río

y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío
.

Por el cinco de enero,
para el seis yo quería,

que fuera el mundo entero
una juguetería
.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas

mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas
.

Ningún rey coronado,
tuvo pie, tuvo gana

para ver el calzado
de mi pobre ventana
.

Toda gente de trono,
toda gente de bota
s
se rió con encono
de mis abarcas rotas.....


A cien años de su nacimiento, la voz de Miguel Hernández sigue más vigente que nunca, "aventando sus versos redondos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí" según palabras del propio Serrat. Todavía hay millones de niños que sueñan con zapatos y con comida. Todavía hay millones de "niños yunteros". Los niños de la calle se cuentan por cientos o miles de millones.

Serrat no pudo ser más certero a la hora de seleccionar los grandes temas en la obra del poeta, y conscientemente ha asumido no dejar fuera textos en los que Miguel Hernández deja bastante claro su compromiso: Escríbeme a la lucha/ siénteme en la trinchera/ aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo/ y defiendo tu vientre de pobre que me espera/ y defiendo tu hijo./ Es preciso matar para seguir viviendo/ Un día iré a la sombra de tu pelo lejano/ y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo/ cosida por tu mano.


jueves, 6 de mayo de 2010

¿Dónde estás Roque?

“Todas las felicidades cuestan muertos”, dice Silvio Rodríguez en referencia al martirio de Víctor Jara. Eso lo sabemos bien en El Salvador. Nuestro Poeta Nacional Roque Dalton comparte el destino de miles de salvadoreños -la mayoría de ellos muy humildes- asesinados durante la guerra civil. La tumba de Roque -igual que la de miles de desaparecidos- sigue siendo un lugar indefinido en nuestro mapa. Lo único que sabemos es el nombre de los verdugos, ellos saben que sabemos ... y pretenden que no les importa.

Victor Jara -cantautor chileno asesinado el 16 de septiembre de 1973, a pocos días del golpe de estado perpetrado por Pinochet y compañía- tuvo hace un año su segundo funeral, en este caso un funeral de estado encabezado por la entonces presidenta Michelle Bachelet y la viuda de Jara, Joan Turner. La primera vez -
hace casi 37 años- Joan Turner depositó los restos de Jara de manera casi anónima en el cementerio de Santiago. A pesar de todo, sus seres queridos tuvieron durante 36 años el consuelo de conocer la ubicación de la tumba, algo que nunca han tenido los familiares de Roque Dalton.

Supongamos que el estado salvadoreño decidiera realizar funerales de estado, o edificar un mausoleo para Roque Dalton. En primer lugar sería necesario conocer la ubicación de los restos del poeta para exhumarlos y analizarlos por medio de un equipo forense. En ese hipotético escenario, los verdugos de Roque Dalton deberían revelar ya sea la ubicación de los restos, o el sitio exacto en donde el cadáver de Roque fue abandonado a su suerte con la aparente intención de que el olvido lo borrara, que la nada lo devorara.

Tras el revuelo provocado por las demandas -legítimas- de los hijos del poeta, parece poco probable que -al menos en el futuro inmediato- Roque Dalton tenga funerales de estado, o un mausoleo, o que el estado salvadoreño celebre un acto en el que se pida perdón por su asesinato. Ciertamente la obra del poeta es patrimonio de El Salvador, pero seguramente cualquier litigio sobre propiedad intelectual debería favorecer a sus herederos. Por otra parte, resulta paradójico reconocer a Dalton como nuestro Poeta Nacional, reclamar la obra como patrimonio de la sociedad salvadoreña en su conjunto, y al mismo tiempo mostrar semejante indiferencia con la búsqueda de la verdad.

"La verdad puede resultar incomoda, pero el olvido mata", escribe Juan Antonio Martín Pallín en su artículo "No se Puede enterrar el olvido" publicado el 08/10/2008 en El País. Por su parte Joan Manuel Serrat, en el artículo "El Segundo entierro de Victor Jara", escrito para rendir homenaje al cantautor chileno afirma -A quien dice: Dejad en paz a los muertos, les respondo: ¿están los muertos en paz? ¿Estamos en paz con ellos?- la respuesta debería ser más que obvia.

¿Dónde estás Federico? pregunta Natalia Junquera en un artículo publicado el 20/12/2009 en El País, en el que describe la búsqueda infructuosa de los restos del gran poeta español asesinado en medio de la barbarie de la guerra civil española. ¿Dónde estás Roque? preguntamos nosotros 35 años después. Los verdugos de Roque Dalton -sus propios ex-camaradas guerrilleros- llegaron mucho más lejos que los asesinos de Federico García Lorca y los asesinos de Victor Jara, lo cual es decir bastante. Federico fue sepultado, y algún día -más temprano que tarde- sus restos serán encontrados.

El insoportable pasado de los verdugos es un perro fiel que ni los quiere ni los deja. Es una especie de insoportable pesadez del ser -gracias Kundera-. En el año 2100 y después, los salvadoreños continuarán leyendo a Roque Dalton. Su figura no puede menos que seguir creciendo con pasos de gigante. Una mancha insignificante en pie de página -impresa con letras diminutas- en la biografía del poeta será todo lo que la historia guardará de sus verdugos...... eso si el olvido no los borra, si la nada no se los traga.......