viernes, 26 de marzo de 2010

El Diablo en el Paraíso

Los pajes son coronados
los reyes friegan el piso
el diablo en el paraíso
y presos van los soldados
se perdonan los pecados
fusilamiento de jueces
en seco nadan los peces
será un acabo de mundo
cuando en los mares profundos
las arboledas florecen.

Los justos andan con grillos

y libres van los perversos
noventa cobres un peso
seiscientos gramos un kilo
los futres andan pililos
los gordos son raquíticos
brincaba un paralítico
sobre un filudo machete
ocho por tres veintisiete
divide un matemático.

VIOLETA PARRA

"Dios es búlgaro, pero el árbitro era francés"
HRISTO STOICHKOV

El diario italiano La Repubblica difundió el pasado 25 de marzo, imágenes de G. W. Bush en Haití dando la mano a ciudadanos haitianos y luego limpiando su mano en la camisa de Bill Clinton. Hay cosas que no cambian nunca, especialmente ciertas mañas -eternas- y limpiarse en otros [a sus espaldas] es una de las más célebres. Muchos salvadoreños amantes de la "viveza" sin duda darán la razón a G. W. Dar la mano a "haitianos pobres" bien podría ser considerado un gesto de simpatía, casi humanitario. Limpiarse en otro es ..... algo a la medida de un mentiroso emérito.

Este pecadillo de G. W. se podría categorizar como una nueva regla de lo que no hay que hacer, pero al revés: "Límpiate en otros, antes que ellos se limpien en ti". En manos de políticos inescrupulosos, esta acción es metáfora pura. En realidad, de acuerdo a Carl Sagan, esta regla, más bien es un caso especial de la denominada regla de hierro: "Haz a los demás lo que te plazca, antes que ellos te lo hagan a ti", pero por su aplicación en el campo de la acción política, la regla de las manos limpias, bien se merece una categoría especial.

En el mundo real, los códigos morales -aparentemente- han pasado a ser papel mojado, exceptuando aquellas reglas cuyo cumplimiento es de verificación difícil o imposible, como por ejemplo "Amar a Dios por sobre todas las cosas". ¿Como se puede probar que alguien cumple o no cumple esta regla? Pero cuando pasamos a reglas menos abstractas como por ejemplo "No matarás", resulta evidente -al menos para los violadores de las mismas- la necesidad de volver más compleja la interpretación de los códigos morales y legales, de forma que para algunos sea posible matar, y al mismo tiempo mantener el status de personas morales [personas decentes como decimos en El Salvador].

La BBC publicó hace pocos días el reporte especial "Diez mandamientos para América Latina", en donde se presentan 10 historias que exploran la imposibilidad de cumplir con algunas de estas reglas o mandamientos. La historia relacionada con el mandamiento "No matarás", se ilustra con el caso dramático de Samuel Gonzáles, un soldado salvadoreño -matar es difícil- confiesa Gonzáles, pero resulta evidente que es mucho más difícil no hacerlo.

Hace algunos años, el científico Carl Sagan, describió la dificultad de aplicar estas reglas o normas de conducta, como instrumentos efectivos de convivencia social. En el artículo "Las Reglas del Juego" que aparece en el libro "Miles de Millones", Sagan analiza la regla de oro, y otras normas de conducta. Los párrafos restantes están dedicados a comentar pasajes del artículo de Sagan, tratando de asumir un punto de vista salvadoreño. Finalmente, se ha agregado al repertorio la regla de las manos limpias, la cual seguramente no es una invención reciente, pero -hay que reconocerlo- no todas las generaciones tienen la oportunidad de presenciar una interpretación tan literal de la misma.

La Regla de Oro
"La norma más admirada de conducta , al menos en occidente, es la "regla de oro" atribuida a Jesús de Nazaret. Cualquiera conoce su formulación en el Evangelio de san Mateo del siglo I: "Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos"."

La Regla de Plata
"La regla de plata es diferente: "No hagas a los demás lo que no quisieras que te hiciesen". Martin Luther King rindió tributo a Gandhi como primera persona en la historia que convirtió las reglas de oro o plata en instrumentos eficaces de cambio social. Pero incluso Gandhi tuvo problemas para conciliar el empleo de la no violencia con las necesidades de la defensa frente a quienes seguían reglas de conducta menos sublimes. Además las reglas de oro y plata resultaban totalmente inaplicables en la lucha de Mandela y los suyos en contra del Apartheid." Lo mismo podría decirse del caso salvadoreño.

La Regla de Bronce
""Paga el bien con el bien, pero el mal con justicia", dijo Confucio en parte en respuesta a la regla de Oro. Esta podría llamarse regla de Bronce: "Haz a los demás lo que ellos te hagan". Es la lex talionis, "ojo por ojo y diente por diente"." Ojo por ojo, y el mundo terminará ciego, comentó Gandhi.

La Regla de Hierro
"De acuñación inferior es la regla de hierro: "Haz a los demás lo que plazca, antes que ellos te lo hagan a ti". Esta regla parece ser el precepto tácito de los poderosos."

La regla de Hojalata
En el inframundo se encuentra la regla de hojalata: "Trata de ganarte el favor de los que están por encima de ti y abusa de los que tienes debajo". La versión salvadoreña sería: "las gallinas de arriba se cagan en las de abajo". Es el lema de los matones y los "enrollones" (en la acepción salvadoreña).

Nepotismo
"La otra regla corriente es: "privilegia en todo a tus parientes y haz lo que te plazca con los demás". Esta regla, conocida como nepotismo, es llamada por los evolucionistas "selección de parentesco"." La versión aplicada a la política salvadoreña sería: "privilegia en todo a los de tu partido y haz lo que te plazca con el resto".

La Regla de las Manos Limpias
"Límpiate en otros, antes que ellos se limpien en ti". Ya hemos mencionado que esta regla bien podría ser considerada un caso especial de la regla de hierro, sin embargo su universalidad la hace merecer mención aparte. A principios de la década de los 90, el juez italiano Antonio di Pietro se convirtió en celebridad mundial, cuando envió a la cárcel a cientos de funcionarios del gobierno italiano y ejecutivos del sector privado, como resultado de la denominada operación Manos Limpias que investigaba la corrupción en las licitaciones públicas. Cabe mencionar que incluso Silvio Berlusconi, fue investigado por di Pietro. Pero al final Berlusconi se limpió en otros.... En una maniobra digna del libro Guinnes de Records, el susodicho aprovechó la atención que el país entero prestaba a la semifinal del campeonato mundial de fútbol en 1994 -jugada entre Italia y Bulgaria- para lograr la aprobación, con los votos de su coalición, del decreto Biondi que quitaba poderes a los jueces. La sesión parlamentaria tuvo lugar mientras la Bulgaria de Stoichkov perdía la semifinal con la mano de un árbitro francés. Tras el triunfo de la selección italiana, en los medios italianos -que en porcentaje nada despreciable son propiedad de Berlusconi- durante varios días solo se habló de la clasificación italiana a la final del mundial. Cuando los políticos de oposición intentaron reaccionar, el asunto ya era ley de la república, y así como va el mundo, y como dice la canción de Violeta Parra, lo más probable es que el juez di Pietro termine preso. "Límpiate en otros -incluido el juez- aunque necesites una pequeña ayuda de un árbitro francés". Esa sería, más o menos, nuestra pequeña versión ilustrada de esta regla.


viernes, 5 de marzo de 2010

Ninguna Mentira puede durar por Siempre

"La verdad está siempre en el cadalso, y la mentira siempre en el trono".
Sin embargo, en ese cadalso se balancea el futuro.

MARTIN LUTHER KING, DISCURSOS.

Es imposible tapar el sol con un dedo, y sin embargo, algunos lo siguen intentando. Hoy por hoy, Monseñor Romero es el salvadoreño más universal, y en palabras de Ignacio Ellacuría: "con Monseñor Romero Dios pasó por El Salvador". Lo mismo ha ocurrido con personajes como Nelson Mandela, Martin Luther King o Gandhi. A excepción de Mandela, todos fueron asesinados en sus propios países. A excepción de Gandhi -y en menor medida de King- también es válido aquello de que "nadie es profeta en su tierra".

Hace pocas semanas tuve la oportunidad de ver el film "Invictus", que relata la etapa de la vida de Nelson Mandela que comienza con su liberación. En una de las escenas iniciales, el auto que conduce a Mandela desde la prisión pasa cerca de campos de futbol, en donde juegan muchachos negros que lo aclaman como héroe, y luego pasa frente a un campo de rugby, en donde practican jóvenes blancos -¿quién es?- pregunta uno de ellos -¡es el terrorista Mandela!- responde el entrenador. Esa y otras conversaciones que surgen entre los personajes de la minoría blanca retratados en el film, vuelven inevitable la tentación de trazar paralelos con la realidad -pasada y presente- de El Salvador.

Martin Luther King recorrió un camino similar. En el punto más álgido de su carrera dijo: "...Pero no es fácil tomar posición por la verdad y por la justicia. A veces implica frustrarse. A veces decir la verdad y tomar posición implica caminar por las calles con un peso en el corazón A veces implica perder el trabajo y ser objeto de la burla y el escarnio. Y puede implicar que un niño de siete u ocho años le pregunte a su papá "¿Por qué tienes que ir a la cárcel tanto tiempo?"

"......Todavía podemos cantar "We Shall Overcome!" (Venceremos) -repetía Luther King- porque Carlyle tenia razón "ninguna mentira puede durar por siempre". Venceremos porque William Cullen Bryant tenía razón: "La verdad, derribada por tierra, se levantará otra vez." Venceremos, porque James Russell Lowell tenía razón: "La verdad está siempre en el cadalso, y la mentira siempre en el trono". Sin embargo, en ese cadalso se balancea el futuro. Venceremos porque la biblia tiene razón "Cosecharás tu siembra"....

A pesar de los pesares, en EE.UU. se celebra -como una de las efemérides más importantes del año- el 15 de enero, día del nacimiento de Luther King. Debe ser un trago amargo para los sectores que conspiraron para hacerle la vida difícil. Pero, ni modo. En algún momento todas las sociedades son obligadas por las condiciones dinámicas de la realidad a hacer un mea culpa. EE.UU. lo hizo con King, y aparentemente El Salvador ya inició un proceso similar con Monseñor Romero.

Y no faltaba más, con la canonización como una posibilidad cada vez más fuerte, la asamblea legislativa -haciendo gala de una dosis notable de olfato político- reconoció que ya no vale la pena el intento de tapar el sol con un dedo. Así las cosas, durante la sesión del pasado 4 de marzo, la asamblea estableció -mediante decreto- el 24 de marzo, como día de Monseñor Romero. Llegaron tarde, pero algo es algo....

Desconozco si los habitantes -tanto de la mayoría negra, como de la minoría blanca- de Sudafrica ya tuvieron la oportunidad de ver el film "Invictus" en las salas de cine, o en los canales de TV de mayor rating, o en las ventas de DVD -legales o piratas-. El hecho es que los dueños de los medios en El Salvador ya decidieron que la mayoría de ciudadanos de este país todavía no estamos listos para ver el film "Romero". En algunos mercados municipales, ni siquiera los vendedores de DVD´s piratas se atreven a ofrecer esta película. Los mismos que se rasgan las vestiduras cuando hablan de libertad, practican una censura ideológica descarada.

No es ninguna sorpresa la irrelevancia con que la mayoría de medios de comunicación ha tratado la noticia del "Día de Monseñor Romero", rayando casi en un intento de volverla invisible. En La Prensa Gráfica, la noticia apareció en la página 28 (sección política), en la edición del 5 de marzo. En la versión electrónica del mismo periódico, la noticia no era visible, a menos que el lector interesado recurriera al buscador.

Tampoco sorprende la reacción del partido ARENA. No es para menos. Aceptar que Monseñor Romero es un santo, equivale a aceptar que durante 30 años han estado repitiendo mentiras acerca de esta historia, y en eso la derecha ha sido realmente coherente. Sin embargo, tal como repetía Martin Luther King: "ninguna mentira puede durar por siempre" ... Y al final todas las cosas se saben con el tiempo. El círculo se está cerrando, pero algunos [cada vez son los menos], insisten en tapar el sol con un dedo.


miércoles, 3 de marzo de 2010

Relatos de Viajeros

Hace un siglo, el explorador polar Ernest Shackleton dirigió una expedición para alcanzar el polo sur. Como resultado de aquel intento, la expedición estableció la marca de haber llegado al punto más al sur, y en consecuencia, a su regreso al Reino Unido fue recibido como héroe y recibió el título de Sir. En realidad la misión había fracasado, ya que Shackleton no logró llegar al polo Sur.

Shackleton estableció un campamento en Cape Royds, y desde allí se lanzó con tres acompañantes a conquistar el polo sur. A 180 km del polo, se vieron obligados a regresar debido a que las provisiones se les agotaban. Aparentemente, escogieron la ruta climática más favorable para regresar, ya que debieron abandonar algunas de las provisiones más estratégicas que habían almacenado en el campamento de Cape Royds.

Casi un siglo después, durante trabajos de restauración del refugio que sirvió de campamento a Shackleton, los restauradores encontraron un tesoro enterrado entre las rocas y el hielo, bajo las tablas que servían de suelo en las cabañas: 5 cajas de escoces (marca McKinlay ) y dos cajas de brandy. El Blog The Pour del New York Times, especializado en Whisky, Vino, Cerveza, y otros espíritus, hace un recuento de este hallazgo en su edición del 5 de febrero.

En realidad no sabemos el número de personas que participaban en la expedición, pero uno puede especular que
a lo mejor Shackleton no deseaba compartir su tesoro etílico con todo el mundo. Además, Shackleton había aceptado previamente las condiciones de disciplina de la Royal Navy. El final feliz de este capítulo de la historia, es qué el grupo Whyte & Mackay -dueños actuales de la marca original McKinlay- están intentando recuperar la receta de la mezcla original.

En otro episodio semejante -que me vino a la memoria después de leer el post de The Pour- recordé que en el capítulo CI de Moby Dick, Herman Melville menciona un hallazgo que le llamó poderosamente la atención en sus investigaciones acerca de las historias leviatánicas:

"...... Fue en ese capítulo titulado "Smeers" o "Grasa", donde me encontré una larga lista detallada de las provisiones para las despensas y bodegas de ciento ochenta balleneras holandesas, de la cual transcribo, según la traducción del doctor Snodhead, lo que sigue:

400,000 libras de carne
60,000 libras de cerdo de Friesland
150,00o libras de pescado
550,000 libras de galleta
72,000 libras de pan fresco
2,800 cuñetes de manteca
20,000 libras de queso Texel y Leyden
144,000 libras de queso (probablemente un artículo inferior)
550 ankers de ginebra
10,800 barriles de cerveza

......La cantidad de cerveza también es muy grande: 10,800 barriles. Como en esa comarcas polares solo era posible cazar durante el breve verano (de modo que todo el viaje de una de esas balleneras, no pasaba de tres meses) y como calculando 30 hombres para cada uno de los 180 veleros, tenemos en total 5,400 marineros holandeses, resultan precisamente 2 barriles de cerveza por cabeza durante el lapso de doce semanas, sin contar la discreta porción de esos 550 ankers de ginebra que le tocaba a cada uno.....

Pero no sigamos con esto; ya hemos dicho bastante para demostrar que los balleneros holandeses de hace dos o 3 siglos sabían darse muy buena vida....".

Esta anotación de Melville coincide con la conclusión de The Pour:
"In the age of steamer trunks and ocean liners, people packed big, even for exploration. No Tang for them!". Esto último, a propósito de la pregunta de Obama a los tripulantes de la estación espacial ¿todavía beben Tang allá arriba?

Por último, recuerdo que durante una visita de un escritor español [no estoy seguro si se trataba de Benjamin Prado], uno de los zares nacionales de la crítica literaria lo entrevistó, y en algún momento la conversación terminó en el callejón sin salida de las cosas realmente importantes en la vida, y el entrevistador tuvo la desventurada idea de incluir al buen Jack Daniels entre la lista de cosas prescindibles -momento joven- replicó el escritor español - con Jack Daniels no se meta.