miércoles, 14 de enero de 2009

El turno del Ofendido

Dice Ernesto Cardenal que desde los tiempos de Orfeo, la misión del poeta es hablar por los que ya no tienen voz. Roque Dalton no pudo haber encarnado mejor esa misión como poeta. Su poema "El Turno del Ofendido" es un golpe directo a la conciencia de la humanidad. Roque mismo, todavía espera su turno, y sus verdugos también. El título en sí es profético, ya que de alguna manera nos permite interpretar mejor algunos fenómenos de la realidad de estos días. La decisión de la justicia española, de admitir el caso de la masacre de los sacerdotes Jesuitas presentado por la Asociación Pro Derechos Humanos de España en contra de los militares salvadoreños, nos permite vislumbrar que de alguna manera ha llegado el turno de Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López. De igual manera, los días en que los ofensores podían hacerse pasar por gente decente parecen haber superado la fecha de vencimiento.


Me habeís golpeado azotando

la cruel mano en el rostro

(desnudo y casto

como una flor donde amanece

la primavera)

Me habeís encarcelado aún más

con vuestros ojos iracundos

muriéndose de frio mi corazón

bajo el torrente del odio

Habeís despreciado mi amor

os reísteis de su pequeño regalo ruboroso

sin querer entender los laberintos

de mi ternura

Ahora es la hora de mi turno

el turno del ofendido por años silencioso

a pesar de los gritos

Callad

callad

Oíd.

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