domingo, 24 de abril de 2016

Dos imágenes Shakesperianas

No sé si Shakespeare se tomaría a pecho el hecho que para los de mi generación, Romeo y Julieta sea más una película de Franco Zeffirelli, y sobre todo un sountrack de Nino Rota, que una obra de William Shakespeare, algo que leíamos ya masticado, por obligación. A pesar de todo, en medio del estruendo  holliwoodiano lograron sobrevivir dos imágenes Shakesperianas, las cuales para mí consuelo son auténticas. En una de ellas, Capuleto conversa con Paris, tratando de esquivar el ponzoñoso asunto de la petición de la mano de Julieta:

Paris: Y ahora señor, ¿qué contestas a mi petición?
Capuleto: No haré más que repetir lo que he dicho. Mi niña es una extraña en el mundo, aún no tiene 14 años. Deja que otros dos veranos se extingan es su esplendor antes que digamos que está lista para el matrimonio.
Paris: Otra más jóvenes que ella son ya felices madres.
Capuleto: Pues, ¡También se marchitan demasiado pronto las que se casan tan jóven!
La otra imagen que quedó registrada en mi memoria no volátil. -por culpa de Zeffirelli- es aquella frase que adaptada al siglo XX suena más a García Márquez que a Shakespeare, en la que se resume la filosofía popular en relación a las niñas que en el proceso de aprender a caminar se caen de bruces:

"Sí, ¿te caes hacía adelante? Cuando seas más grande darás de espalda.


miércoles, 20 de abril de 2016

Don Quijote visita el Campus

 

J.R. Ramos y M. Hernandez de la Escuela de Ing. Eléctrica fotografiados por L. Chevez. 

Don Quijote en su pedestal con su autor, Carlos Escalante estudiante de Artes de la UES.

sábado, 16 de abril de 2016

El Sueño de Kafka & Monterroso

Érase una vez un Sanisidrense de cuyo nombre no quiero acordarme que soñaba que era un Sansidrense que vivía en Los Ángeles que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un indocumentado que soñaba que veía la puesta de sol en San Isidro.




jueves, 7 de abril de 2016

lunes, 4 de abril de 2016

Matar a un Árbol








 



Harper Lee tenía toda la razón del mundo cuando escribió: "Matar un Sinsonte (o Cenzontle) es un pecado. Ellos no hacen otra cosa más que cantar para nuestro delite. Ellos no dañan los cultivos de los humanos, ni anidan en los graneros de maíz, lo único que hacen es cantar con su corazón para nosotros". El Chonte (Turdus Grayi), la especie que podemos encontrar en El Salvador, es el cantor por excelencia entre los pájaros salvadoreños. No en vano, los ticos lo han declarado su ave nacional. El chonte hace honor a su título. Pueden ver zanates, pijuyos, guacalchías, carpinteros y en casos extremos incluso torogoces escarbando en los basureros en busca de alimento. A día de hoy jamás he visto a un chonte cerca de un depósito de basura.

Si la acción de matar a un Cenzontle es un pecado; entonces la acción de matar a un árbol no tiene nombre. Hoy sin ir más lejos, encontré en el bosquecito del campus, los restos de un San Andrés, un árbol pequeño, casi un arbusto que con sus flores amarillas y sus semillas es uno de los favoritos de chiltotas cabeza amarilla y cabeza negra, azulejos, tangaras, bolseros castaños, colibries, ardillas, y otros. Tras la muerte de un árbol es solo cuestión de tiempo para que las demás formas de vida también resulten afectadas. El campus ha sido un refugio para ejemplares que huyen de las zonas arrasadas en El Salvador. Todo parece indicar que dentro de no mucho tiempo también tendrán que abandonar el campus, si las cosas no mejoran en la UES.

 Hace más de 20 años, el entonces presidente Bush, padre, se declaró a favor de talar un bosque completo en Oregon, habitat exclusivo de una especie de buho que desaparecería con el bosque: "todos los árboles son iguales" -declaró Bush- " es lo mismo cortar uno, que cortar otro". Tenía razón: ni los buhos, ni los árboles votan. Años después, su célebre hijo no se quizo quedar atrás y propuso  talar árboles para evitar incendios forestales. Aquí en el campus, no tenemos a los Bush, pero en cambio abundan los Homero Simpson, cuando ven un árbol, solamente ven leña.