viernes, 16 de abril de 2010

Stand and Deliver

"Stand and Deliver" es el título de un film que nos presenta a un tipo de héroe poco común en las producciones de Hollywood. En general es más fácil encontrar largometrajes, teleseries, o documentales dedicados a personajes como Al Capone, o peores -que sin duda los hay- que una producción similar dedicada a Isaac Newton o a James Maxwell. Sin embargo, las excepciones son las que confirman la regla.

La primera vez que tuve oportunidad de ver esta película -al margen de que corresponde al genero de ficción- tuve una sensación de deja-vu. Jaime Escalante, el personaje principal personificado por Edward James Olmos, es un profesor de cálculo -precisamente una de las invenciones de Newton- en Garfield Highschool, una de las escuelas secundarias de más bajo rendimiento del sur de California. Intentar enseñar cálculo diferencial e integral, en una escuela en la que operan pandillas, es algo así como Misión Imposible I, II, y III juntas. Al menos eso es lo que advierten los colegas a Escalante.

Jaime Escalante, fallecido a finales de marzo pasado, alcanzó notoriedad y reconocimiento a partir de los años 80, al lograr incrementar el número de estudiantes de Garfield que lograban superar la prueba A.P. de Cálculo, desde cero hasta unos 30 estudiantes en 1982, y más de 70 en 1987. Los resultados de la generación de 1982 -retratada en el film- eran tan inusuales, que las autoridades del departamento de educación decidieron repetir la prueba, sospechando fraude. El reconocimiento a su labor vino incluso de fuentes tan inesperadas como el entonces presidente Reagan, de quien se dice que en algún momento tuvo la idea de suprimir el Departamento [Ministerio] de Educación de EE.UU.

Lo que está en el centro del argumento, es la situación que generalmente experimentan los maestros al trabajar con estudiantes problemáticos, dentro de escuelas en las que todo es escaso, incluyendo -por supuesto- los buenos maestros. Un personaje -como Escalante- que hace caso omiso de los pretextos y que decide hacer algo para cambiar la situación, generalmente no es visto con buenos ojos por el resto de maestros, especialmente si tiene éxito, ya que de esta manera deja sin excusas a sus colegas.

- Si quiere mejorar los promedios.... cambie el nivel económico de esta comunidad. Uno no puede enseñar logaritmos a analfabetas -argumenta la jefa del Departamento de matemáticas, en una de la discusiones más agrias que han sido recreadas en el film- Estos chicos llegan aquí con una educación elemental. Cada maestro aquí presente está haciendo lo que puede.
- ¡Yo no! -dice Escalante- ¡yo podría enseñar más!
-¿Qué necesita, Sr. Escalante? -pregunta el director.
- ¡Ganas! -responde Escalante, en español, a una audiencia en la que no todos entienden el significado de la palabra- Lo que necesitamos son ganas.

Esta escena me da vueltas en la cabeza cada vez que se reinicia el ritual de nuevo ingreso en la UES -incluyendo las tomas perpetradas por los encapuchados- Es difícil intentar un ejercicio decente de la docencia sin sentirse aludido por ese dialogo demoledor de Jaime Escalante. Sin embargo, sería insensato no reconocer el peso que las limitaciones socio-económicas ejercen tanto en el desempeño, como en las expectativas de los estudiantes. De hecho, el éxito del programa de enseñanza de cálculo de Garfield Highschool declinó debido a la falta de continuidad del apoyo institucional. Al fin y al cabo los estudiantes de Garfield Highschool no provienen de Beverly Hills.

En la UES se ha mantenido durante varios años un programa para jóvenes talentos de matemáticas, el cual ciertamente no ha estado exento de controversia dentro del campus. A inicios de la actual administración, incluso se llegó a temer la cancelación del mismo, ya que se trataba de uno de los proyectos más emblemáticos de la administración de la Dra. María Isabel Rodríguez. A pesar de los pesares, en días recientes hemos conocido la noticia de que Nahomy Hernandez -una de las estudiantes participantes en dicho programa- ha sido aceptada por el MIT (Massachusets Institute of Techhnology). Con lo que representan los costos de un programa de élite en una universidad con recursos limitados, más vale que Nahomy efectivamente pueda estudiar en el MIT, y que algún día sus logros puedan tener algún impacto en nuestra sociedad.

En la Facultad de Ingeniería de la UES se sabe desde hace unos 25 años que aproximadamente solo la cuarta parte de los estudiantes de nuevo ingreso aprueban las asignaturas del primer año. Ciertamente que en los cursos de matemáticas y física -que los estudiantes toman durante el primer año- se estudia el cálculo y otros descubrimientos de Newton, de manera que algunos de los obstáculos -o pretextos como preferiría llamarles Escalante- que los enseñantes deben superar son bastante similares a los que encontró Escalante en Garfield: estudiantes en desventaja por su extracción social -incluyendo sus prerrequisitos educativos- y una institución en donde las cosas buenas son preciosas y escasas.