En un día como hoy exactamente a esta hora, Jorge Luis Cuellar abordaba el autobus de la ruta Sonsonate-Santa Ana, el cual pasaba a las 5:30 p.m. por San Isidro. Los que llegamos a viajar a esta hora en esa ruta que bordea el crater del lago de Coatepeque, pienso que jamás hemos podido olvidar la experiencia. La combinación de un paisaje bello, la luz del atardecer y el misterio de la neblina que usualmente aparece durante el recorrido, y la sensación ya sea de irse acercando o irse alejando de San Isidro se combinaban para crear esa nostalgia que en mi caso ha llegado a perdurar durante casi medio siglo. Seguramente que en esos detalles iba entretenido Jorge Luis cuando llegó el infarto. Nos queda su recuerdo, junto al de otros miembros del grupo juvenil que él organizó en aquel tiempo, y que ahora casi medio siglo después son solo memorias de tiempos mejores.
jueves, 9 de junio de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
El Libro de Jorge Galán
El libro "Noviembre" de Jorge Galán, un título que aparentemente casi ninguna librería de El Salvador quiere vender, es una lectura obligada, por lo menos para los que ya no éramos unos niños en noviembre de 1989. La verdad casi siempre es inconveniente, y el riesgo de buscarla es que puede ser que no nos guste o que no nos convenga. Pero ¿cuál es el miedo?
Quizas por esta razón, es que ha costado tanto que una librería venda este título aquí en El Salvador, casi como un secreto a voces. En una sociedad provincial, en la que los asesinos y algunos genocidas son recordados como personas decentes, y existen monumentos, edificios o instalaciones militares con su nombre, lo "normal" es que un escritor como Jorge Galán debe huir del país justamento después del lanzamiento del libro.
Pero ya que a pesar de todo, existe al menos una librería que se atreve a venderlo, los lectores no deberíamos tener excusa para no leerlo. Yo lo encontré la semana pasada en la Librería "La Casita" y los catorce dólares (y fracción) que me costó son la mejor inversión en mucho tiempo [en libros por supuesto]. "Noviembre" ha sido a partir de esta semana, mi lectura mientras viajo en el autobús rumbo al trabajo.
Por lo que leido hasta este momento, Galán estaría en camino de ser uno de los escritores más representativos de esta generación, ya que es muy joven. Como diría Don Quijote: "Si ladran es porque cabalgas". En este caso ladran [por ego o por envidia malsana] incluso algunos colegas escritores [de esos que escriben biografías de quién sea, o por encargo]. Lo mismo hicieron con Moya cuando publicó "El Asco" y se tuvo que ir huyendo a un programa de protección de intelectuales en Alemania.
"Nunca es triste la verdad" -dice Serrat- "lo que no tiene es remedio". Así son estos libros, no dejan santo con cabeza, y a lo mejor no pocos salvadoreños, quedarán en evidencia con sus hijos, por no haber contado al menos ni media verdad. Dicen que el camino del infierno está pavimentado de buenas intenciones. Pero todo tiene su tiempo como dice el Eclesiatés, y este sería el tiempo para dejar de llamar decentes a los indecentes.
jueves, 2 de junio de 2016
Otro Día en el Paraíso
https://youtu.be/gxEPV4kolz0
"It's nine o'clock on a saturday, a regular crowd shuffles in... " cantaba Billy Joel en el estéreo del autobús de la ruta 101-D, justo antes del cruce de la Mascota con la Jerusalén. Billy Joel suena bien en cualquier lado, pero suena mucho mejor en un ambiente en el que la norma es el reggeaton a más de 105 decibelios, o un predicador fanatizado en la radio del autobús amenazando con el viejo cuento de pasarnos por fuego como en Sodoma, o todo el resto del mundo que sube y te dice que si prefieres que te pidan o que te roben. "To be or not to be", bonito dilema, verdad.
Por una serie de eventos que nada tiene que ver con tirar un tiro, el 101-D ha hecho tiempo récord desde Metrocentro hasta donde nos ha alcanzado Billy Joel, haciendo escala en el show de un malabarista con antorchas en el cruce de la Bernal con la Juan Pablo, que cada vez que repite su acto escapa de puro milagro de morir quemado, y apenas tiene tiempo de recoger una nada entre lo que dura el color rojo, y el siguiente verde del semáforo, tiempo que tampoco alcanza para dejar a salvo nuestro remordimiento. Doble dilema existencial para un fotógrafo: la fotografía podría haber valido la pena, pero ya casi oscurece, y estamos en un autobús en San Salvador. Aquí el miedo se puede cortar con tijeras sin filo.
Pero regresando a dónde íbamos cuando comenzó la canción del pianista, llegamos a la Jerusalén, y el motorista por fin tiene chance de quitarse un poco de estrés metiéndole la pata al acelerador, pero se frena -qué pena por él, y qué alivio por nosotros- hay un par de pasajeros en el parque de Norman. Algo nos dice que todavía no hay que cantar victoria, lucen algo matones, similares en talla a los que se suben antes de navidad, o los jueves y viernes antes de las elecciones. Falsa alarma, hoy no será el día que en que nos asalten. El único lamento del motorista es que el gusto de acelerar ya pasó, llegamos a mi parada de autobús, y Billy Joel justamente acaba de terminar de cantar. Es tan solo un día más aquí en el paraíso.
martes, 17 de mayo de 2016
lunes, 16 de mayo de 2016
Gershwin
La ignorancia es atrevida reza el dicho, pero a veces se pasa. Hoy por la mañana sin ir más lejos, escuché a Gershwin y se me despertó la curiosidad de conocer un poco más de su vida. Me imaginaba a Gershwin muriendo de viejo rodeado de rubias de Nueva York como decía Gardel. Pero la verdad es que la vida del compositor fue algo así como una estrella fugaz, murió antes de llegar a los 39. Al saber de esa muerte suya tan inmerecida hace casi 80 años, me dolió casi como si hubiera muerto hoy, y me seguirá doliendo mientras todavía suene Rapsody in Blue.
martes, 3 de mayo de 2016
Past-Beatles
Life is what happen to you while you're busy making other plans
JOHN LENNON
"Antes de cruzar la calle, toma mi mano, la vida es lo que te sucede mientras tú estás ocupado haciendo otros planes" escribía John Lennon a su hijo Sean en la canción "Beatiful Boy", un testamento que terminamos heredando todos aquí abajo. Más pesado fue el testamento que nos dejó Paul en "Carry that Weight" (Boy, you're going to Carry that Weight/ Carry that Weight/ a long time), y vaya que han sido 46 largos años de llevar ese peso. Los que recién hemos sido bienvenidos al club de los sesenta, tenemos el dudoso consuelo de que llegamos levemente tarde al fenómeno Beatle. Cuando cumplí 15, los Beatles ya se habían separado. Construir nostalgias de San Isidro alrededor de sus canciones fue un proceso arrevesado, por decirlo de algún modo, especialmente para muchos que como yo, pudimos escuchar las versiones originales de "Yesterday", o "Sgt. Pepper" o "A day in the life" apenas en 1970 o 1971. En aquel tiempo, y en aquel mundo rural, tener un tocadiscos o una reproductora de cassette eran sueños casi imposibles. Tuvimos que esperar hasta que las radioemisoras que se podían escuchar en aquel Macondo, se dieron por vencidas y programaron algo de aquella música.
A pesar de que en el 71, yo estudiaba el bachillerato en San Salvador, una huelga de maestros me obligó a pasar varias semanas en San Isidro. Recuerdo nítidamente que durante una caminata por uno de los cafetales comenzó a sonar "Yesterday" en la radio que llevaba uno de nuestros amigos. Aquel día la caminata terminó estrepitosamente cuando dos de las chicas tuvieron un encuentro casi cercano con una serpiente coralillo. En aquella epoca recién había fallecido Jorge Luis Cuellar, un trabajador social que había llegado a la hacienda a finales de 1970, entre las pocas y preciosas posesiones que le conocimos durante su breve tránsito por San Isidro estaban unos pocos discos de 45 rpm que nos permitía escuchar en su tocadiscos portátil, entre aquellos discos se encontraba "Let It be". Otro día de la misma temporada, caminando por una vereda en medio de la milpa, comenzó a sonar a lo lejos la canción "Uncle Albert/Admiral Halsey" de McCartney. Desde aquel día, para mí es prácticamente imposible escuchar "Uncle Albert/Admiral Halsey" y no regresar con la imaginación al San Isidro de 1971. En aquel tiempo éramos jóvenes pero apenas lo sabíamos. (Benedetti dixit).
Para aquella generación, el sountrack de la película de la vida lo fuimos construyendo con retazos de canciones de los Beatles, y de otros por supuesto, pero los Beatles eran otra cosa. Por ejemplo a Óscar Cabrera siempre lo he asociado con la canción "I'll follow the sun", y al grupo que aparece en la fotografía en el punto de buses de San Isidro, lo asocio con el combo "My Love"/"Give me Love". En un caso extremo, "Photograph" de Ringo, casi me hace sentir que estoy de vacaciones de fin de año, y que ceno con mi hermana en la cocina de la casa de mi padre. Estamos hablando de 1972-1973. En la ópera, la historia, la trama o plot como se dice en inglés, se desarrolla solamente cuando los personajes recitan, cuando hablan; sin embargo cuando cantan durante las arias, o durante las canciones, el tiempo se detiene, y los conspiradores permanecen congelados. En la vida imitando al arte sucede otro tanto igual. Las canciones de los Beatles, o de otros, no solo detienen el tiempo, sino que también lo retuercen como las gotas de Luna en el poema de Sabines. Así que esto es lo que puedo escribir para acompañar esta antología Past-Beatles, el resto necesitaría que el autor y los personajes usaran máscaras como Don Giovani. Solo con máscaras se cuenta toda la verdad.
EPÍLOGO
Está bastante claro -para quien escribe- que toda esta telaraña tejida alrededor de los Beatles no sería lo que llegó a ser sin ese primer disco (el LP "Abbey Road") que Mamaría nos compró hace casi 47 años en Kismet, del cual comenzamos a escuchar el lado B hasta que el lado A era prácticamente puro scratch. Tampoco esta historia sería la misma sin un hermano guitarrista como Victor que de alguna manera me sirvió de guía espiritual en ese mundo neblinezco del rock. A veces -decia Lennon- algunos piensa que estás loco por hacer lo que haces, o por darte cuenta de que nadie te dijo que tendrías días como este, y te iluminan con su sabiduría para salvarte del abismo, well, decía John, donde yo veo soluciones, ellos sólo ven problemas. ¿Días extraños, no es así?
domingo, 24 de abril de 2016
Dos imágenes Shakesperianas
No sé si Shakespeare se tomaría a pecho el hecho que para los de mi generación, Romeo y Julieta sea más una película de Franco Zeffirelli, y sobre todo un sountrack de Nino Rota, que una obra de William Shakespeare, algo que leíamos ya masticado, por obligación. A pesar de todo, en medio del estruendo holliwoodiano lograron sobrevivir dos imágenes Shakesperianas, las cuales para mí consuelo son auténticas. En una de ellas, Capuleto conversa con Paris, tratando de esquivar el ponzoñoso asunto de la petición de la mano de Julieta:
Paris: Y ahora señor, ¿qué contestas a mi petición?
Capuleto: No haré más que repetir lo que he dicho. Mi niña es una extraña en el mundo, aún no tiene 14 años. Deja que otros dos veranos se extingan es su esplendor antes que digamos que está lista para el matrimonio.
Paris: Otra más jóvenes que ella son ya felices madres.
Capuleto: Pues, ¡También se marchitan demasiado pronto las que se casan tan jóven!
La otra imagen que quedó registrada en mi memoria no volátil. -por culpa de Zeffirelli- es aquella frase que adaptada al siglo XX suena más a García Márquez que a Shakespeare, en la que se resume la filosofía popular en relación a las niñas que en el proceso de aprender a caminar se caen de bruces:
"Sí, ¿te caes hacía adelante? Cuando seas más grande darás de espalda.
"Sí, ¿te caes hacía adelante? Cuando seas más grande darás de espalda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)