lunes, 17 de diciembre de 2018
Homenaje a Luis Eduardo Aute
https://elpais.com/cultura/2018/12/11/actualidad/1544512365_295565.html
https://elpais.com/cultura/2018/12/02/actualidad/1543754431_598319.html
domingo, 16 de diciembre de 2018
16 Diciembre
DICIEMBRE 16
Mirarte y
encontrar una palabra
AUTE
Donde quiera que
estés
te gustará saber
que te pude
olvidar
y no he querido
SERRAT
De alguna manera
tendré que olvidarte
tendré que olvidarte
Por mucho que quiera
no es fácil ya sabes
no es fácil ya sabes
ha sido
muy tarde
AUTE
Aquí está
la palabra que busqué tantos años
merezco repetirla
impunemente ahora
aquí dejo caer
sobre la tierra
calladamente
la palabra más tuya.
JOSÉ CABALLERO BONALD
Aquí está
la palabra que busqué tantos años
merezco repetirla
impunemente ahora
aquí dejo caer
sobre la tierra
calladamente
la palabra más tuya.
JOSÉ CABALLERO BONALD
Por si acaso
Por si
alguna vez piensas en mi
Y en las
palabras que dijimos
Y en las que
no dijimos
No te
preocupes
La palabra más tuya
No existe en el diccionario
Apenas silencios infinitos
La palabra más tuya
No existe en el diccionario
Apenas silencios infinitos
Me habrían
bastado dos o tres segundos
Y treinta años no son nada para olvidar
Y no es porque no haya querido
No es fácil ya sabes
Pero no te
preocupes
La palabra más tuya
La palabra más tuya
No existe en el diccionario
Apenas silencios infinitos.
lunes, 26 de noviembre de 2018
El Séptimo Sello
Cualquier partida que se juegue contra la muerte, está perdida de antemano. A lo sumo, y haciendo nuestro mejor esfuerzo, podemos retardar brevemente lo inevitable, pero al final, la partida ya está decidida. Esa más o menos es la trama de "El Séptimo Sello", la obra maestra del director sueco Ingmar Bergman: un caballero que regresa de las cruzadas encuentra su región diezmada por la peste, y en medio de la fatalidad, reta a la muerte a una partida de ajedrez para ganar tiempo.
Sensaciones similares se perciben cuando el azar o el destino lo llevan a uno a los pasillos de la muerte en el sistema público de salud de El Salvador, o cualquier país del tercer mundo. La probabilidad de presenciar en primera persona la muerte de otro ser humano mientras se encuentra uno a la espera de ser atendido en una sala de emergencia es bastante significativa. Hasta este punto de la vida, he visitado los pasillos de la muerte acompañando a otros; pero en un día no tan lejano, ya llegará mi turno de jugar mi partida de ajedrez, y desplegar todos mis movimientos con el único fin de ganar un poco de tiempo.
Ganar tiempo frente a rival tan implacable es un movimiento tan desesperado, cómo inútil. La conocida historia -del criado que encuentra a la muerte en un mercado de Bagdad, y ruega a su amo que le preste un caballo para huir a Basora esa misma noche, y la posterior conversación del amo con la muerte en donde ésta exclama sorprendida: "Qué extraño que todavía se encuentre a esta hora en Bagdad, ya que tengo un cita con él en Basora a medianoche"- ilustra que el tiempo "ganado" por el caballero de Bergman en realidad es tiempo concedido por un rival omnipotente.
Durante los últimos dos meses, la fatalidad me ha llevado a arrastrame nuevamente por los pasillos de la muerte de nuestro país. Es imposible hacer un recorrido semejante sin perder un poco o bastante de lo que llaman alma, motivo central de la lucha del caballero de Bergman. Ni tan siquiera es mi propia partida de ajedrez y buena parte de mi humanidad ya se ha perdido por el drenaje. Como también diría Dylan: "Aún no llega la oscuridad, pero no tardará."
domingo, 14 de octubre de 2018
Repiques de Libertad
A eso de las dos de la mañana de este día domingo catorce de octubre del dos mil dieciocho, sonaron sendos repiques de libertad, tímidos en algunos casos, casi incrédulos en otros, pero siempre dándole duro al badajo, porque días como este día catorce no abundan en el almanaque. Muchos decidimos celebrar en silencio, de la misma manera con la que nos aferramos a su recuerdo durante los años de plomo y oscuridad. Y sin embargo, este tiempo, esta vez, es el turno del ofendido. Este día y de una vez y para siempre, callan los Otros, Nosotros hemos callado desde siempre. Sentir por vez primera a la mentira condenada al silencio también es un repique de libertad.
viernes, 12 de octubre de 2018
El Turno del Ofendido
Me habéis golpeado, azotando
la cruel mano en el rostro
(desnudo y casto
como una flor donde amanece
la primavera)
Me habéis encarcelado aún más
con vuestros ojos iracundos
muriéndose de frío mi corazón
bajo el torrente del odio
Habéis despreciado mi amor
os reísteis de su pequeño regalo,
ruboroso sin querer entender
los laberintos de mi ternura
Ahora es la hora de mi turno
el turno del ofendido por años silencioso
a pesar de los gritos
Callad
callad
Oíd.
Roque Dalton, 1962.
la cruel mano en el rostro
(desnudo y casto
como una flor donde amanece
la primavera)
Me habéis encarcelado aún más
con vuestros ojos iracundos
muriéndose de frío mi corazón
bajo el torrente del odio
Habéis despreciado mi amor
os reísteis de su pequeño regalo,
ruboroso sin querer entender
los laberintos de mi ternura
Ahora es la hora de mi turno
el turno del ofendido por años silencioso
a pesar de los gritos
Callad
callad
Oíd.
Roque Dalton, 1962.
martes, 25 de septiembre de 2018
La equivalencia de un año de cárcel
Un juez salvadoreño ha establecido que $51.78 equivalen a un año de cárcel, de manera que por simple aritmética un millón de dólares equivaldría a 19312 años. Un amigo filósofo concluyó que un pecado semejante solo se puede pagar en el infierno de Dante.
lunes, 17 de septiembre de 2018
Alejandro Filio en El Salvador
Hace 20 años regresando de México, justo la noche antes del vuelo, encontré en un diario mexicano la noticia de un disco que el cantautor mexicano Alejandro Filio había grabado en colaboración con otros grandes cantautores e intérpretes como Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute, Alberto Cortéz, León Gieco y otros. Se trataba del CD "Secreto a Voces", en el que Filio medía fuerzas con los grandes, proponiendo sus temas y cantándolos junto a ellos. En las condiciones que uno puede imaginar que Filio tuvo que afrontar para realizar aquel proyecto, uno puede reconocer la generosidad de sus colegas de profesión, ya que tal como lo explicaba Alberto Cortéz en el texto que acompañaba aquel disco, algunos cantautores a pesar de su "generosidad" tienen reservas a la hora de grabar en colaboración con otros artistas -sobretodo si no son muy conocidos- y lamentaba con nombre y apellido, la no participación de Serrat en "Secreto a Voces. Sin embargo, Cortéz reconocía por experiencia propia la alta probabilidad de fracaso que está implícita en la grabación de colaboraciones. A pesar de todo, Filio mantiene su respeto por Serrat, y lo coloca en las antípodas del Reino de los Ciegos, en donde reina un innombrable.
De un tiempo a esta parte, las canciones de su repertorio que hemos podido conocer y digerir, han pasado a ser parte de nuestros Inventarios y nuestro ADN. Y para muestra algunos botones: "Mujer que Camina", "Brazos de Sol", "No te Cambio" y otras que no somos capaces de escuchar sin revivir querencias y vivencias. Filio no cantaba en El Salvador desde hace 12 años cuando se presentó en el Festival Verdad de la UCA, y la noticia de este recital se conoció hace pocas semanas, y así, el pasado 14 de septiembre pudimos verlo y y escucharlo en la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador, y también pudimos compartir esa corta sesión de firma de discos y fotografías. La urgencia vigente de sus canciones es un secreto a voces, el otro secreto -más grave aún- es que nuestro canta-autor es un ilustre desconocido en un mundo de desconocidos ilustres. Los caminos del arte están repletos de causas y azares, y el talento más grande no basta para ser reconocido. Si uno se pregunta por qué -desde los tiempos de Mozart y Salieri- el gusto dilettante prefiere la mediocridad innombrable, no debería esperar una respuesta fácil a una pregunta insondable. Como escribía Diderot, "Diablos, daría con gusto cien escudos por saberlo, amigo mío". Una cosa es cierta, los seguidores salvadoreños de Filio, si bien son pocos y contados, en general son más jóvenes que los seguidores del Serrat, y su insoportable levedad es menos impresentable que la insoportable levedad del "ser" de los seguidores salvadoreños del Sabina.
De un tiempo a esta parte, las canciones de su repertorio que hemos podido conocer y digerir, han pasado a ser parte de nuestros Inventarios y nuestro ADN. Y para muestra algunos botones: "Mujer que Camina", "Brazos de Sol", "No te Cambio" y otras que no somos capaces de escuchar sin revivir querencias y vivencias. Filio no cantaba en El Salvador desde hace 12 años cuando se presentó en el Festival Verdad de la UCA, y la noticia de este recital se conoció hace pocas semanas, y así, el pasado 14 de septiembre pudimos verlo y y escucharlo en la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador, y también pudimos compartir esa corta sesión de firma de discos y fotografías. La urgencia vigente de sus canciones es un secreto a voces, el otro secreto -más grave aún- es que nuestro canta-autor es un ilustre desconocido en un mundo de desconocidos ilustres. Los caminos del arte están repletos de causas y azares, y el talento más grande no basta para ser reconocido. Si uno se pregunta por qué -desde los tiempos de Mozart y Salieri- el gusto dilettante prefiere la mediocridad innombrable, no debería esperar una respuesta fácil a una pregunta insondable. Como escribía Diderot, "Diablos, daría con gusto cien escudos por saberlo, amigo mío". Una cosa es cierta, los seguidores salvadoreños de Filio, si bien son pocos y contados, en general son más jóvenes que los seguidores del Serrat, y su insoportable levedad es menos impresentable que la insoportable levedad del "ser" de los seguidores salvadoreños del Sabina.
viernes, 14 de septiembre de 2018
jueves, 23 de agosto de 2018
Por culpa de Cortázar
Instrucciones para ceder el asiento en el autobús
En realidad no existe un método único para ceder el asiento en al autobús, más bien el manual nos instruye acerca del arte de convencernos a nosotros mismos de que deseamos hacer una buena acción, cuando en realidad casi siempre deseamos que alguien se nos adelante. Este día para no ir más lejos, mi lectura de Cortázar fue interrumpida casi abruptamente cuando una simpática anciana se subió al autobús 30-B en metrocentro, de manera que yo me comencé a preparar mentalmente para cederle el asiento, aunque en el fondo deseaba que otro lo hiciera. A mi favor puedo argumentar que me encontraba a medio camino entre las dos puertas del autobús, de manera que las probabilidades de que otro pasajero se me adelantara eran bastante altas. Para mi fortuna fueron varios los pasajeros, quienes a su paso le ofrecieron el asiento a la anciana, pero ella rechazaba amablemente cada ofrecimiento. Comencé a sospechar que mi mala suerte era tal, que la buena señora, lo que en realidad deseaba, era mi asiento. Fueron segundos de gran suspenso, hasta que la anciana cruzó frente a mis narices y pasó de largo, ya que lo que en realidad deseaba era bajarse del autobús.
Instrucciones para viajar en el asiento trasero de un Escarabajo con una bella desconocida
En este caso sobra aclarar que sobrevivir el viaje basta y sobra para decir misión cumplida, dada la incomodidad proverbial de este tipo de carruaje. Si por añadidura el recorrido ocurre al lado de una desconocida y bella, el viajero feliz, seguramente experimentará algo semejante a viajar sobre una alfombra mágica, como la de Aladino. En todo caso, lo más seguro es que algún bache del camino será más que suficiente para bajarlo de la nube, y bueno tendrá que agarrar al toro por los cuernos, aunque en este caso el toro es la bella. Serrat dixit, que en situaciones semejantes es válido decir cualquier tontería, y los manuales de urbanidad y buenas maneras (y también las telenovelas) están repletos de argumentos semejantes, de manera que no los vamos a repetir aquí. Lo que sí vale la pena referir, es lo que le ocurrió en una ocasión a Somar, viajando en una situación similar a la que nos ocupa en este texto. La luz no era la mejor, pero a Somar le bastó para identificar un detalle de la bella, un tan solo detalle suficiente para comenzar una conversación bastante pueril acerca del sabor del carmín que ella usaba aquel día. "Fresa" repondió la Bella- después de pensárselo un par de milisegundos, Somar replicó "me dejas probar"...
Conducta en los velorios
La avenida L-D dista mucho de la calle Humboldt en donde las primas primeras o primas segundas de Cortázar, practicaban el arte de apropiarse de los velorios ajenos. A pesar de las distancias geográficas, culturales y temporales, a pesar de todo eso y más, los buenos habitantes de la avenida L-D, legaron algunas contribuciones originales al manual cortaziano de conducta en los velorios: "no robarás pan de los velorios de los otros" reza la primera regla. Cabe aclarar que no es lo mismo velorios ajenos que velorios de otros. La regla fue acuñada por Corleone durante un velorio de un difunto de la avenida L-D, de cuyo nombre no puedo acordarme. Corleone llegó al velorio casi a la misma hora que Onofrio, quien tardó una nada en percatarse que los deudos estaban más bien escasos de pan, por lo que enfiló sus armas inmediatamente o más bien directamente hacia un velorio en el cual no tenía vela, ni entierro, y llenó los bolsillos de su pantalón con todas las piezas de pan que le cupieron, las cuales en realidad no fueron muchas dado el tamaño de sus pantalones, pequeños igual que él. La otra regla -"Prohibida la entrada de peludos encalzonetados y enchancletados a un velorio"- la acuñó el mismísimo Corleone, indignado cuando el futbolista salvadoreño más famoso de todos los tiempos asistió encalzonetado y con chancletas al velorio del hijo de uno de los habitantes originales de la avenida L-D. Semejante chimado- se quejó Corleone - y no le llega ni a los carcañales a Cariota Barraza. Una de las dos cosas que más lamentará Corleone el día que se muera, será el no poder aplicar estas reglas o inventar otras en su propio velorio, pero por las dudas ya me lo imagino redactando instrucciones precisas en las que veta tajantemente la entrada de Jorge Gonzales a su velorio, tal como hizo McCain con el Joker. La segunda y más importante cosa que lamentará, será seguramente no poder exclamar su famosa frase "camino que todos llevan", en su propio funeral.
En realidad no existe un método único para ceder el asiento en al autobús, más bien el manual nos instruye acerca del arte de convencernos a nosotros mismos de que deseamos hacer una buena acción, cuando en realidad casi siempre deseamos que alguien se nos adelante. Este día para no ir más lejos, mi lectura de Cortázar fue interrumpida casi abruptamente cuando una simpática anciana se subió al autobús 30-B en metrocentro, de manera que yo me comencé a preparar mentalmente para cederle el asiento, aunque en el fondo deseaba que otro lo hiciera. A mi favor puedo argumentar que me encontraba a medio camino entre las dos puertas del autobús, de manera que las probabilidades de que otro pasajero se me adelantara eran bastante altas. Para mi fortuna fueron varios los pasajeros, quienes a su paso le ofrecieron el asiento a la anciana, pero ella rechazaba amablemente cada ofrecimiento. Comencé a sospechar que mi mala suerte era tal, que la buena señora, lo que en realidad deseaba, era mi asiento. Fueron segundos de gran suspenso, hasta que la anciana cruzó frente a mis narices y pasó de largo, ya que lo que en realidad deseaba era bajarse del autobús.
Instrucciones para viajar en el asiento trasero de un Escarabajo con una bella desconocida
En este caso sobra aclarar que sobrevivir el viaje basta y sobra para decir misión cumplida, dada la incomodidad proverbial de este tipo de carruaje. Si por añadidura el recorrido ocurre al lado de una desconocida y bella, el viajero feliz, seguramente experimentará algo semejante a viajar sobre una alfombra mágica, como la de Aladino. En todo caso, lo más seguro es que algún bache del camino será más que suficiente para bajarlo de la nube, y bueno tendrá que agarrar al toro por los cuernos, aunque en este caso el toro es la bella. Serrat dixit, que en situaciones semejantes es válido decir cualquier tontería, y los manuales de urbanidad y buenas maneras (y también las telenovelas) están repletos de argumentos semejantes, de manera que no los vamos a repetir aquí. Lo que sí vale la pena referir, es lo que le ocurrió en una ocasión a Somar, viajando en una situación similar a la que nos ocupa en este texto. La luz no era la mejor, pero a Somar le bastó para identificar un detalle de la bella, un tan solo detalle suficiente para comenzar una conversación bastante pueril acerca del sabor del carmín que ella usaba aquel día. "Fresa" repondió la Bella- después de pensárselo un par de milisegundos, Somar replicó "me dejas probar"...
Conducta en los velorios
La avenida L-D dista mucho de la calle Humboldt en donde las primas primeras o primas segundas de Cortázar, practicaban el arte de apropiarse de los velorios ajenos. A pesar de las distancias geográficas, culturales y temporales, a pesar de todo eso y más, los buenos habitantes de la avenida L-D, legaron algunas contribuciones originales al manual cortaziano de conducta en los velorios: "no robarás pan de los velorios de los otros" reza la primera regla. Cabe aclarar que no es lo mismo velorios ajenos que velorios de otros. La regla fue acuñada por Corleone durante un velorio de un difunto de la avenida L-D, de cuyo nombre no puedo acordarme. Corleone llegó al velorio casi a la misma hora que Onofrio, quien tardó una nada en percatarse que los deudos estaban más bien escasos de pan, por lo que enfiló sus armas inmediatamente o más bien directamente hacia un velorio en el cual no tenía vela, ni entierro, y llenó los bolsillos de su pantalón con todas las piezas de pan que le cupieron, las cuales en realidad no fueron muchas dado el tamaño de sus pantalones, pequeños igual que él. La otra regla -"Prohibida la entrada de peludos encalzonetados y enchancletados a un velorio"- la acuñó el mismísimo Corleone, indignado cuando el futbolista salvadoreño más famoso de todos los tiempos asistió encalzonetado y con chancletas al velorio del hijo de uno de los habitantes originales de la avenida L-D. Semejante chimado- se quejó Corleone - y no le llega ni a los carcañales a Cariota Barraza. Una de las dos cosas que más lamentará Corleone el día que se muera, será el no poder aplicar estas reglas o inventar otras en su propio velorio, pero por las dudas ya me lo imagino redactando instrucciones precisas en las que veta tajantemente la entrada de Jorge Gonzales a su velorio, tal como hizo McCain con el Joker. La segunda y más importante cosa que lamentará, será seguramente no poder exclamar su famosa frase "camino que todos llevan", en su propio funeral.
jueves, 16 de agosto de 2018
lunes, 6 de agosto de 2018
Kurosawa: sueños y rapsodia en agosto
2 sueños
Los amantes del bosque
El gran ojo
Escena final Rapsodia en agosto
Los amantes del bosque
El gran ojo
Escena final Rapsodia en agosto
lunes, 30 de julio de 2018
viernes, 27 de julio de 2018
martes, 17 de julio de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)