martes, 21 de octubre de 2008

Nuestro Poeta Tampoco Descansa en Paz

“Todas las felicidades cuestan muertos”, dice Silvio Rodríguez en referencia al martirio de Víctor Jara. Y sí que lo sabemos bien en El Salvador. Nuestro Poeta Nacional Roque Dalton comparte el destino de miles de salvadoreños, la mayoría de ellos muy humildes, asesinados durante la guerra civil. La tumba de Roque todavía es un lugar indefinido en nuestro mapa. Pero sabemos el nombre de los verdugos, y ellos saben que sabemos. En esta y en otras historias, todas las cosas se saben con el tiempo. El veredicto sigue vigente desde hace 33 años, y eso es algo que no se borra ni con la “peor” ley de amnistía. El insoportable pasado de los verdugos, es una sombra fiel, que ni los ama, ni los deja.

A pesar de todo, y especialmente a pesar de su insoportable pasado, uno de los verdugos del poeta Roque Dalton escribió un artículo en El País el 03/09/2008. El autor tiene la llave para resolver el caso Dalton, y esa es la misma llave que le abrirá de una vez y para siempre el calabozo de la conciencia. Tan solo tiene que decirnos, a todos los salvadoreños, el lugar exacto en donde fueron abandonados los restos del Poeta, nuestro Poeta.


lunes, 13 de octubre de 2008

El McCain Salvadoreño

De haber nacido, y vivido en El Salvador, McCain a lo sumo podría aspirar a ser vicepresidente. Las comparaciones a veces son odiosas, pero en este y otros casos son inevitables. El senador McCain, presenta como su credencial más valiosa, su incorfomismo con la política republicana que data de la era Reagan, y que según muchos observadores calificados, es lo que en última instancia, ha provocado la actual crisis financiera. De hecho, en público casi reniega de ser republicano, pero siempre vota a favor de las propuestas de la administración Bush. El caso del Ing. Zablah, es similar. Durante años ha criticado públicamente y con acierto algunas decisiones políticas del ejecutivo (especialmente de las administraciones en las cuales él no participó). Pero, estamos en El Salvador, y los inconformes al estilo McCain (los Maverick de la política estadounidense), todavía no son presidenciables. Al igual que en la campaña de los EE.UU., a muchos les provoca morbo la posibilidad de un debate hipotético entre contendientes que compiten por puestos diferentes. Los electores estadounidenses tendrán que esperar hasta la próxima para ver un debate Sarah vrs Hillary; y los salvadoreños, al menos en esta campaña, nos quedaremos con las ganas de ver al menos un round Zablah-Funes. A menos que su compañero de fórmula admita que el reto le queda grande.

lunes, 6 de octubre de 2008

EL MIEDO A LA VERDAD

Es imposible leer el artículo “Juicio a la barbarie” de Luis Gómez y Natalia Junquera, publicado en El País el 14/09/2008, sin darse cuenta que en las historias de represión en España y El Salvador, el denominador común ha sido el miedo a la verdad. Las preguntas fundamentales que hacen los autores son pertinentes también en El Salvador:

  • ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que las nuevas generaciones conozcan qué pasó exactamente durante la represión?
  • ¿Hubo exterminio tal y como se entiende en la legislación moderna emanada de la Declaración de Derechos Humanos?
  • ¿Está la sociedad preparada para que, al igual que vamos conociendo los nombres de las víctimas de la represión, los historiadores comiencen a investigar y ofrecer los nombres de los denunciantes, de los beneficiarios económicos y, asimismo, de los responsables políticos que llevaron y ejecutaron meticulosamente la represión?

También nosotros en El Salvador necesitamos saber que pasó exactamente durante toda nuestra historia reciente, específicamente a partir de 1932. "La verdad puede resultar incomoda, pero el olvido mata", escribe Juan Antonio Martín Pallín en su artículo "No se Puede enterrar el olvido" publicado el 08/10/2008 en El País, y además recapitula entre otros puntos:

  • Las innumerables ejecuciones sumarísimas sin las más mínimas garantías de un proceso justo, las torturas, el expolio de los bienes de los vencidos, las ejecuciones extrajudiciales seguidas de la desaparición forzada de personas ya eran entonces, con arreglo al derecho internacional de los tratados y el consuetudinario, crímenes contra la humanidad.
  • Los crímenes contra la humanidad se han considerado imprescriptibles, según toda la doctrina y la jurisprudencia de los tribunales internacionales, cuya legitimidad reconoce el Estado español (y también el Estado salvadoreño) .
  • Recientemente la Corte Suprema Argentina, y sobre todo la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José de Costa Rica, en varias sentencias referentes a Chile y Perú, declaran inadmisibles la amnistía y la prescripción de estos delitos por contravenir derechos inderogables reconocidos por el derecho internacional de los derechos humanos.
  • Sobre la prescripción recordaré la doctrina que emana de Núremberg y que ha sido admitida y recogida por la inmensa mayoría de los países que forman parte de la comunidad internacional.